Shura / Nothing’s Real

Ha sido bonito ver la evolución de Shura desde el despegue viral de su segundo single, ‘Touch’, allá por 2014 hasta el lanzamiento de su primer disco, ‘Nothing’s Real’, la semana pasada a través de Polydor. Y lo ha sido porque cada single que ha ido sacando ha sido mejor que el anterior o, como mínimo, ha mantenido la promesa con dignidad y porque, ahora que es una realidad, ‘Nothing’s Real’ confirma esa promesa firmemente gracias a una colección de canciones que no solo incluyen grandes temas conocidos de su repertorio sino también otros que son igual de buenos o incluso mejores. El resultado es un disco de pop entretenido y conceptualmente bien ejecutado que, con la nostalgia como clave conceptual y la calidez del sintetizador analógico como pilar instrumental, habla sobre juventud, muerte, ansiedad u oportunidades perdidas (hasta incluye samples de grabaciones caseras de cuando Shura era una niña pequeña) sin perder un ápice de su euforia y frescura. Es una nostalgia muy propia de nuestro tiempo que mira al pasado para hacer un disco rabiosamente contemporáneo.

Lo más sorprendente de ‘Nothing’s Real’ es el papel más o menos secundario que ha terminado adoptando en el mismo la canción insignia de Shura hasta el momento, ‘White Light’. Cuando escuché ‘What’s It Gonna Be‘ pensé que la Shura que conocía había sido un espejismo y así ha sido, pues no hay ninguna base disco igual de contundente ni ningún desarrollo instrumental igual de excitante como los de esta canción en todo el álbum. ‘White Light’ no ha guiado el sonido de ‘Nothing’s Real’ como sí lo ha hecho ‘What’s It Gonna Be’ y es curioso porque, incluso cerrando el disco (obviando el experimento final, ‘The Space Tapes’), sigue siendo su mejor canción.

Sin embargo, a Shura le ha quedado un disco apañadísimo nacido de su fascinación por la radiofórmula más luminosa de los ochenta. Con la ayuda de su co-productor de confianza, Joel Pott de Athlete, Shura esculpe en ‘Nothing’s Real’ su visión musical sin abandonar la variedad de géneros evocando los ochenta de la primera Madonna (‘Indecision’), la primera Janet (‘2shy’) y, sobre todo, los Fleetwood Mac de ‘Tango In the Night’, que parecen cruciales en el sonido de canciones como ‘What’s It Gonna Be’, ‘Make It Up’ o ‘What Hapenned to Us’, tres canciones como tres soles que se desarrollan con tanta naturalidad que Stevie Nicks y compañía estarían orgullosos de haberlas influido.

La decisión de Shura de expandirse en su lado más «radio-friendly» y dejar los clubs a un lado no nos permitirá saber cómo habría sido un disco suyo lleno de canciones parecidas a ‘White Light’, pero con lo buenas que son estas canciones, al final termina dando igual (además, la R&B ‘Touch’, uno de sus singles más tempranos, es inmaculado). Mientras, temas como ‘Nothing’s Real’, que nos da una idea de cómo sonaría un single pop producido por Todd Terje, o la seductora ‘Tongue Tied’, que parece de Blood Orange, abren nuevos caminos de exploración para Shura. Al final lo suyo era el pop en mayúsculas y ‘Nothing’s Real’ es prueba de que la británica puede con cualquier estilo si se lo propone. Un disco, en definitiva, como los buenos, de largo recorrido.

Calificación: 8,2/10
Lo mejor: ‘Nothing’s Real’, ‘What’s It Gonna Be’, ‘Touch’, ‘What Happened to Us’, ‘White Light’
Te gustará si te gusta: HAIM, Ellie Goulding, Say Lou Lou, Haerts
Escúchalo: Spotify
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Publicado por
Jordi Bardají
Tags: shura