Todo lo que digamos del formato es poco. Desde una convidada de piedra en forma de Sara Carbonero (el mayor y único reclamo del programa) que aparece de vez en cuando por aquello de justificar su aparición en las promos; hasta un casting que parece sacado del peor descarte de ‘Hombres, Mujeres y Viceversa’
, es imposible no flipar con el despropósito de una propuesta que, más que «el mayor talent show de moda del mundo», como se empeñan en definirlo sus responsables, parece una reunión de la comunidad de tu edificio con seis chonis gritándose, tirándose los trastos a la cabeza y participando en pruebas diseñadas por alguien con una edad mental no superior a tres años. Despropósito completo. 1.