Vetusta Morla y sus fans arrasan con todo en la última jornada de Low Festival

El último día del Low festival convocó a casi 25.000 personas, con lo cual se alcanzaron las 78.000 asistencias en total, lo cual según la organización constituye un récord. De camino al directo de 091 en el escenario principal, tuvimos que parar por el escenario Jägermeister porque nos sorprendió la sesión de Cheese&Bacon DJ’s, donde pinchaban canciones como ‘Jump Around’ de House of Pain a todo volumen con el espacio lleno de gente. Nos impactó que el público estuviera tan a tope desde tan temprano.

El primer concierto de la noche fue el comeback de 091. Entre el público se podía ver a fans que estaban ansiosos por su directo, transmitiendo tanto nerviosismo que parecían haber vuelto a sus veinte años. A pesar de no haber tanto público como en Love of Lesbian o Los Planetas, quienes estaban ahí sabían a quiénes veían y por qué, y claro está, también había gente haciendo cola para Vetusta Morla. 091 sonaron de forma correcta abriendo con canciones como ‘El Baile de la Desesperación’, ‘Este Es Nuestro Tiempo’ o ‘Zapatos de Piel de Caimán’. Fue un concierto a la altura de lo que podían esperar sus fans, serio y correcto, pero que tampoco destacó por nada en particular. Terminaron con ‘La Torre de la Vela’, ‘Si Hay Tormenta’ y ‘La Vida Qué Mala es’.

Llegaba el directo más esperado de la noche, o eso parecía, ya que el escenario principal estaba hasta arriba para recibir a Vetusta Morla. Era misión imposible llegar a las primeras filas por mucho que tuvieras a alguien conocido delante: los vetustitos son, por decirlo de alguna forma, un público más intenso que los beliebers. El show comenzó con una versión acústica de ‘Pequeño Desastre Animal’, para pasar después a otras como ‘Lo Que Te Hace Grande’, ‘La Deriva’ o ‘Golpe Maestro’.

En mitad del directo, explicaron que era la quinta vez que tocaban en el Low incluida la primera edición, cuando todavía tenía lugar en Alicante antes de asentarse en Benidorm. Un buen concierto para sus fans pero que, quizá, para los que no lo son, tampoco sorprendió o impactó. ¿Los mejores momentos del concierto? Que Pucho se quitó los tapones para poder escuchar y cantar con el público la canción de ‘Copenhague’, la referencia que hicieron a ‘Pulp Fiction’ en ‘Fiesta Mayor’ y que ayudaron a unos niños pequeños que lloraban porque les dolían los oídos al no llevar tapones. ¿Lo peor? Lo predecible del concierto para los que ya los han visto en el Mad Cool de Madrid o en Cruïlla Barcelona y el público, que si no saltas o chillas, te empuja hasta que lo hagas.

Tras la banda llenaestadios comenzaron The Kooks, resultando simples y llanos. Lo único que destacó del concierto es que estaba muy lleno, pero ni la puesta en escena fue gloriosa, ni el público lo dio todo. Tocaron hits reconocibles como ‘She Moves in Her Own Way’, ‘Ooh La’, ‘Naive’ o ‘Shine On’. Nada nuevo, fresco o especial.

Javiera Mena ofreció el mejor concierto del día en el segundo escenario principal. La puesta en escena solamente consistía en su logo –directo, bonito, sencillo y muy efectivo- en grande detrás de una mini-plataforma para ella y los instrumentos. Tres bailarinas la acompañaban, vestidas a lo cheerleader en tonos pastel, rosas y azules. Javiera, con su sobriedad, demostró eso que dicen de que menos es más.

En contraste con esa sobriedad estaban los visuales en las pantallas, que proyectaban el logo con efectos psicodélicos mientras salían a bailar las chicas, que a veces lo hacían y otras no. También destacable la colaboración de Gerard Alegre, vocalista de El Último Vecino, que también actuaban, y salió a cantar con ella. El mejor momento de este concierto, sin duda alguna, fue cuando sonó ‘Espada’ y las tres bailarinas salieron a bailar con espadas láser. Justo al empezar, un fan de primera fila sacó un cartel que decía “Queremos que tú nos atravieses”. Energía, luz y mucha positividad es lo que rezumaba la joven productora chilena en canciones como ‘La Joya’, ‘El Amanecer’ o ‘Yo No Te Pido La Luna’.

El último concierto de la noche y quizá el peor, fue el de los australianos Miami Horror. El sábado venían de tocar en la sala Razzmatazz de Barcelona y a lo mejor por eso las expectativas estaban muy altas, pues su gira es amplia y pasa también por el Arenal Sound y el Santander Music Festival. A pesar de tanto bombo, platillo y tour, no había casi nadie viendo su show. Comenzaron con ‘American Dream’, ‘I Look To You’, ‘Moon Theory’ y terminaron con ‘Summersun’, ‘Holidays’ y ‘Forever Ever?’. Miami Horror dejaron la sensación de estar algo sobrevalorados: hubiese sido mejor haberles puesto en el escenario secundario.

Foto: Javier Rosa.

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Publicado por
Nadia Leal