Por eso este ‘Energía’ merece ser observado con atención e interés. Bueno, por eso y porque contaba con un single de adelanto, ‘Ginza‘, realmente irresistible. Pese a su base dura y tópica, los jueguecitos de teclados minimalistas muestran que J y su equipo (capitaneado por los productores Sky & Mosty) pueden y quieren ser sutiles y divertidos, no simplemente obvios. Su sucesor, ‘Bobo‘, ha resultado ser incluso más acertado y con un gancho melódico inapelable. No se puede decir que sea el guilty-pleasure del año porque uno no siente ni el más mínimo rubor en decir que es uno de los singles de 2016. Punto.
Sin duda, este cuarto álbum de José Álvaro Osorio Balvín es el más apto a todos los públicos. Incluso los más exquisitos, gracias a su acabado pulcro y elegante. La calidad de las producciones es realmente espectacular, llena de detalles interesantes. Y es que Balvin se revela como un hábil trilero: si Drake se apropia del dembow y la onda caribeña, ¿por qué no «devolvérsela» al rapero canadiense y mostrarle que el préstamo puede ser también a la inversa? Aún dentro de su propio coto latino, ‘Veneno’, ‘Snapchat’, ’35 pa las 12′ (con Fuego) y ‘Hola’ son tope Drake, y, aunque sean muy miméticas, molan. Algo parecido, cambiando a Drake por Bieber, sucede en ‘Primera cita’ y ‘Solitario’. El invento funciona muy bien en la primera, aunque en la segunda, no tanto.
Ponderando el álbum globalmente, su arranque es verdaderamente intachable, con la terna formada por la citada ‘Veneno’, la atronadora ‘Malvada’ y, sobre todo, ‘Safari‘, el corte co-producido por Pharrell Williams y con la pujante BIA dándole una jugosa réplica a Balvin, y rematada por el ya mencionado ‘Bobo’. A partir de ahí, el álbum se vuelve algo intermitente, con unos cuantos temas harto predecibles, que uno ya casi no veía venir, como el meloso ‘Sigo extrañándote’, ‘Por un día’ o el baladón ‘No hay título’ junto a un Juanes con complejo de Ed Sheeran. También se le puede afear la pesadez del autopromo «¡Infinity Music! ¡J Balvin, man!» que no se cansa de repetir, o la embriaguez de Autotune, o unas letras que, pese a que se nota que intentan no caer en la truculencia habitual del género, no puede evitar algunos ripios risibles o unas dobles lecturas que le hacen parecer, en el mejor de los casos, un acosador. Pero, pese a todo, la rotundidad de ‘Pierde los modales’, con un featuring de Daddy Yankee que supone un sueño cumplido para Balvin, y ‘Acércate’, junto al portorriqueño Yandel (ex-socio del mejor amigo de Enrique Iglesias, Wisin), prueban que el colombiano no tiene ni un pelo (teñido de rubio platino) de tonto. Sabe bien lo que se hace a sí mismo y al reggaeton-pop.
Calificación: 6,8/10
Lo mejor: ‘Bobo’, ‘Safari’, ‘Veneno’, ‘Pierde los modales’, ‘Acércate’.
Te gustará si te gusta: Drake, Daddy Yankee, Justin Bieber
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