Sábado en Gibraltar Music Festival: deslumbran la vivacidad de Rosario y la energía de KT Tunstall

Solo en Gibraltar Music Festival puedes ver a All Saints cantando mientras una nube gris se come el peñón de merienda a sus espaldas y varios adolescentes descamisados bailan ‘Bootie Call’ como si se les fuera la vida en ello. Solo en Gibraltar Music Festival puedes ver a Rosario solaparse a medias entre Travis y Ne-Yo. Solo en Gibraltar Music Festival puedes pasar de ver a KT Tunstall para meterte en un monólogo cómico para niños o montarte en un toro mecánico. No es un mal panorama pero sí un tanto peculiar, claro que eso no es malo de por sí. De hecho, en el caso de Gibraltar Music Festival es bueno, pues su cartel es mayoritariamente inglés y, por defecto, también lo es su asistencia, pero el festival asegura que haya oferta para todos los públicos, lo que hace de él un evento ecléctico del que es difícil salir aburrido.

Otro buen panorama fue el concierto de All Saints. Las chicas hacen tan poco en el escenario que lo que hacen parece un ensayo, pero siempre ha sido así. Unos bailoteos tontos son suficientes para adornar un directo austero en el que destacan, ¡oh! las canciones, tan buenas que no hace falta demasiado esfuerzo para concentrarse en ellas. ‘Black Coffee’ sigue sonando tan bien como el día en que salió, ‘Never Ever’ siempre me parecerá la hermana sosa de ‘Honey to the Bee’ de Billie Piper pero mola igual y ‘One Strike’ no desentona en absoluto entre los clásicos del grupo, sino que destaca, lo que confirma que es un nuevo clásico. Y nunca en mi vida hubiera imaginado a tantas personas juntas cantando ‘Pure Shores’. Podrían traerlas a España, que directazo no tienen, pero temazos les sobran.

La escocesa KT Tunstall es una de esas artistas que han nacido en la época equivocada. La cantante tiene las canciones, la voz y la personalidad para haber rivalizado con algunos de los mejores músicos pop de los 80, sin embargo, su carrera no ha remontado desde la edición de su primer disco, ‘Eye to the Telescope’, en 2005, a pesar de haber sumado más buenas canciones a su repertorio desde entonces. No hay más que atender a la naturalidad con la que Tunstall fusiona temas propios con otros ajenos para entenderlo. Los «mash-ups» de ‘Hold On’ con ‘Walk Like an Egyptian’ de The Bangles y ‘Black Horse & the Cherry Tree’ con ‘Seven Nation Army’ de The White Stripes (mirlitrón mediante) son espectaculares y nada extraños. Además, Tunstall es todo un personaje encima del escenario, rezuma una confianza admirable, lo que hace que sea imposible ignorarla. Atención a su próximo disco, ‘KIN’, que sale este mes e incluye varios buenos singles, a destacar ‘Evil Eye’, que interpretó con la energía y la vitalidad que solo las verdaderas estrellas poseen.

La reivindicación de Guille Mostaza de ‘De ley’ de Rosario que publicamos recientemente en JENESAISPOP podría ser la primera de muchas que leáis en nuestra web. Rosario es una estrella, acumula más buenas canciones de las que muchos son capaces de reconocer y su voz evoca una alegría e inocencia agridulce irresistibles. Todo esto se vio en su directo de anoche, en el que Rosario se entregó a su público tan humildemente como rebosante de carisma y exudó V-I-D-A por todos sus poros, desde la rumba de «Tambor» hasta la nostalgia hecha canción de ‘¡Qué bonito!’ pasando por la sabrosura de ‘Oye dime luna’. El momentazo del concierto, sin embargo, lo proporcionaron los «tangos de su abuela», con los que Rosario evocó a su madre a lo grande. Gracia, salero y perejil.

Antes de Rosario actuaron Travis. El grupo desgranó su repertorio en un concierto agradable, en su línea, que alternó buenas canciones como ‘Driftwood’ o ‘Turn’ con las intervenciones de Fran Healy, entre lo divertido y lo enternecedor. Healy estaba enamorado de la asistencia infantil a su concierto en las primeras filas, por lo que decidió impartir (más o menos) una clase de guitarra a los futuros músicos de Gibraltar, esperando que estos niños se acuerden un día de anoche. Después de Rosario fue el turno de Ne-Yo, cuyo concierto lleno de baile y sensualidad fue un «¿esta canción es suya?» constante, particularmente sus hits con Pitbull, ‘Work Hard Play Hard’ y ‘Time of Our Lives’, este último el más reciente. Para la poca presencia mediática que tiene Ne-Yo, sus canciones suenan en la radio a todas horas e incluso las antiguas, como ‘Closer’, ‘Let Me Love You (Until You Learn to Love Yourself)’ o ‘So Sick’ siguen teniendo pegada hoy día, aunque el remix para la segunda no terminé de entenderlo. Su directo, eso sí, es un quiero y no puedo de manual en el que las referencias a Michael Jackson nunca pasan de la mera imitación y su voz impecable recuerda más a la de un triunfito que a la de una verdadera estrella. Con razón ha hecho tan buena carrera escribiendo para otros.

Fotos: © GMF/DM Parody 2016 (Facebook)

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Publicado por
Jordi Bardají