Como aquel y sus vídeos más importantes, el cineasta Bernardo Quesney (director de interesantes filmes como ‘Efectos especiales’ o ‘Desastres naturales’), el vídeo para ‘El fondo del barro’ plantea una estética muy distinta al hedonista sonido disco de la canción. Con una gran fotografía en blanco y negro, se centra en plasmar su letra, sobre seres que no saben lo que es ser amado, filmando a tres adolescentes de apariencia «loser» que cantan, convencidísimos, la canción en un desierto club de karaoke. Su nombre, ‘Gennaro’s’, es sublime (el local es uno de los más emblemáticos del centro de Santiago de Chile). Mariana aparece como un espectro para entonar el irresistible puente pseudo-rapeado.