El dúo de Zaragoza, uno de los más locos que te puedan venir a la mente sobre el escenario, interpreta la rotunda ‘Sé a dónde voy’, que desde su comienzo «sé a dónde voy, simplemente no sé dónde estoy» y su llamada expresa al alcohol, podríamos vincular a los himnos más etílicos de Los Brincos, aunque aquí con la energía y el ritmo de su «garage-rock felino» elevados al cubo, merced a la esquizofrénica batería de Borja Téllez, que levanta al público y también a un muerto. El tema es la segunda pista de su álbum ‘Incluso festivos’, que también incluía hitazos como ‘No hay amor sin dolor’, la contundente ‘Jodidamente loco’ o la tarareable y pegajosa ‘Máquina infernal’.