Después de haber anunciado su disolución “por no tener fuerzas”, lo cual era una pena tras una fantástica cadena de singles y EP’s, afortunadamente Gonzalo decidió que no había dicho aún todo. En un intercambio de mails con dos miembros de la banda pamplonesa Nuevos Hobbies, Raúl y Álex ponen las canciones a las letras de Gonzalo, que descubre que aquello sigue sonando, mágicamente, a El Palacio de Linares. Juntos arreglan las canciones para grabarlas en el estudio de Yon Vidaur (Ama, Basmatti & Vidaur) en Donosti.
Es difícil verbalizar lo especial que es ‘Ataque de amor’. Quizá por eso es tan especial, porque sus 10 canciones, concisas y construidas con una formación tan clásica como sus influencias, aparentan normalidad. Pero esto no es normal, ni convencional. En esta ocasión, evitan juguetear con el folklore hispano (como sí hicieran en el fantástico mini-LP ‘La espalda de un perro‘), y se centran en unas melodías pop de toda la vida. Pero, eso sí, de un magnetismo arrebatador. Raro será que acabe el álbum y no te quedes canturreando una de estas canciones (probablemente, una diferente cada vez).
Sin embargo, pienso que la magia la ponen las letras de Marcos, como venía ocurriendo en sus viejas canciones. Más allá de los homenajes a, decíamos, The Feelies (aparte de la guasa del título, en ‘Senteemienties’ citan directamente su canción ‘The High Road
’) y Los Caramelos de Charlie Mysterio (“ya lo decía Charlie en 2002” –‘Los Peces’–), Gonzalo brilla por su certero, despiadado y romántico retrato de las glorias y miserias de un treintañero español medio en nuestros días. Muchos nos vemos retratados en alguno de los múltiples escondrijos de esta colección de imágenes, ora amargas, ora hilarantes, de un hombre heterosexual (o no) inseguro en las relaciones sentimentales y sexuales (‘Lava’, ‘Si fueras mi novia’), incapaz de empatizar con los demás (‘La melena’) y con tendencia a mirarse en exceso el ombligo (‘El Puzzle’, que podría llamarse ‘Tinder y sus consecuencias’), que apenas logra disimular que alberga a un psicópata en potencia (‘Ataque de amor (flipante)’), que a la vez esconde una enorme ternura (‘No me gusta dormir’).Con un punto de vista, más que costumbrista, hiperrealista, parece imposible salir indemne de este paseo por la cotidianidad, que puede resultar brutal, como en esa línea demoledora de ‘Hemos quedado’ (“Hemos quedado a follar y te he acabado contando que a veces no aguanto y pienso en la muerte”), o tierna, como en una ‘Recto y quieto’ (Yo quiero escuchar “roto y quieto”) que es la más preclara y bonita oda a la masturbación masculina que se haya escrito nunca. Tómate un chupito de tequila, una cucharada de miel con limón y da una calada a un porro de hachís. Algo así es la sensación que queda cuando se hace el silencio. Necesitamos que Gonzalo siga escribiendo letras y que Raúl y Álex sigan componiendo canciones tan fantásticas para ellas. Y así nuestros sobrinos, quizá hijos, podrán contar algún día lo mucho que le inspiraron en sus canciones discos como ‘Ataque de amor’.
Calificación: 8/10
Lo mejor: Además del precioso diseño de portada de Lu Misterio, ‘Recto y quieto’, ‘Lava’, ‘Ataque de amor (flipante)’, ‘La melena’… aunque puede variar a cada escucha.
Te gustará si te gustan: Los Caramelos, Hazte Lapón, The Feelies, Anntona
Escúchalo: Spotify, Bandcamp
Cómpralo: Pretty Olivia Records