‘Swiss Army Man’, que recibe su nombre por las múltiples cualidades como de «navaja suiza» del cadáver del personaje de Radcliffe, es la primera película de los directores Dan Kwan y Daniel Scheinert, en el mundo musical conocidos como los Daniels o Daniel y Daniel, esto es, los responsables de algunos vídeos de Chromeo ft Solange, Passion Pit, Foster the People y, de manera significativa, ‘Turn Down for What‘, uno de los mayores hitos de la era Youtube, con casi 600 millones de visualizaciones.
Entre las claves del éxito de aquel vídeo de DJ Snake, su macarreo, su sentido del humor, su carácter escatológico y sexual y su gran capacidad como consecuencia de todo ello para amoldarse a los ritmos de hoy en día. Muchos han entendido a Kwan y Scheinert como a unos Gondry y Jonze «wannabes» en esta cinta que une a dos náufragos con tendencia a la depresión y suicidas, y en cierta medida la película contiene muchos de los clichés del cine indie de las últimas tres décadas (timidez, existencialismo, chica inalcanzable, muerte).
Sin embargo, ‘Swiss Army Man’ sabe huir de referentes concretos para armar un discurso propio capaz de conectar con diversas generaciones. Tan pronto te parece estar viendo ‘Porky’s’ como después ‘Lost’ y después ‘Gerry & Gerry’. Un cóctel absurdo, tierno, divertido, triste e intrigante que sorprendentemente funciona. Los Daniels evitan además la mera realización de un videoclip con un guión que a pesar de ciertas carencias esconde el fondo filosófico y la multitud de lecturas justos como para no aburrir al público casual y a su vez alimentar cierto debate.
En ese autobús recreado por los protagonistas en mitad del bosque se esconde la magia de una peli de amor como rodada por Wes Anderson, pero ‘Swiss Army Man’ va más allá de la reivindicación de los pequeños placeres de la vida y de hablar de la belleza de la inocencia y la ingenuidad para plantear la estupidez detrás de lo socialmente aceptable, de nuestros problemas familiares o derribar las fronteras entre la comedia y el drama en los tiempos en que en la televisión de Netflix (tan citada por el guión) lo que prima es el «dramedia». Ellos mismos lo han llamado «drama pedorro», pero cuánto mérito tiene que una película tan sustentada en pedos pueda terminar llevándote a las lágrimas. 8.