Ambos disfraces han sido excepcionales por otro motivo, pues no han gustado nada en las redes sociales, que han acusado a Duff y a Walsh de insensibles y racistas contra la comunidad nativoamericana de Estados Unidos. Se podría decir que Duff, que, por cierto, portaba con ella una pistola falsa, iba de colonialista con ganas de guerra y Walsh de indio desterrado. La Nueva Inglaterra del siglo XVII traída a nuestros días por dos personas famosas con mucho dinero y, al parecer, no demasiada conciencia de la sensibilidad que ha definido este último año.
Ante las acusaciones, Duff ha acudido a Twitter para disculparse por su disfraz y Walsh ha hecho lo mismo en Instagram. La autora de ‘Breathe In. Breathe Out.’ ha admitido no «haber pensado bien su disfraz» y ha pedido perdón «desde lo más profundo de mi corazón» por que este haya resultado ofensivo, mientras Walsh se ha defendido de las acusaciones asegurando que no pretendía ser irrespetuoso y que solo «albergo admiración por la gente indígena de América». «Si lo hubiera sabido no hubiera tomado esta decisión», ha apostillado.