Si en cambio aún apenas te suena este artista, puede que ‘Espejos’ sea una de las mayores sorpresas que te lleves en estas semanas finales de año en cuanto a pop en castellano. Y es que poca gente reúne en un solo álbum la canción clásica de los años 60 y los años 70 con los sonidos disco, italo o el French Touch como lo hace Litmanovich. Las referencias más comunes al hablar de su música pueden ser tanto Julio Iglesias, José Luis Perales o Manuel Alejandro (‘Manipulador’, ‘Cariño’ y el bolero ‘Gran dolor’ serían los ejemplos más evidentes) como también el electro lo-fi de gente como Sébastien Tellier, el italo de Sally Shapiro o la oleada de grupos chillwave de hace unos años (Toro y Moi, Washed Out, etcétera).
El toque de canción clásica-retro algo kitsch da al sonido ochentero de Cineplexx un toque de originalidad, como sucede en su otro proyecto Papaya. Entre los «explota, explota» de ‘Sin control’ y sus cencerros, la composición suena como si a Raffaella Carrá la hubieran producido o remezclado LCD Soundsystem o Holy Ghost! Acompañan unas letras obsesionadas con el amor y el desamor que podían haber interpretado los crooners más tristones y atormentados o también Jeanette: «mis amigos me dicen que no es bueno amar tanto, ¿cómo hago para explicarles que tu amor es diferente a los demás?», dice ‘Cariño’; «¿Quién ha dejado un corazón tirado a un costado del camino, arrastrándose como un pájaro herido sin refugio, sin plumaje y sin color?», empieza lamentándose ‘Gran dolor’.
Desde luego aquí no se encuentran canciones mayores y afectadas como ‘Como yo te amo’, y en algún punto entre ‘Tanto tiempo’ y ‘Besos’ -o durante ‘Hipnotizado’- se cae un poco en la monotonía de, sí, aquellos discos de chillwave que poca gente recuerda ya. Sin embargo, los dos temas situados a la cabeza del tracklist junto a los más románticos acercan el disco al nivel de la delicatessen. ‘Mimosa’ es todo un «grower» como primer sencillo y ‘Espejos’, el que cuenta con Linda Mirada, el típico segundo single que, promocionado por los canales adecuados, podría superar en popularidad al primero. No debe de faltar mucho para que Javiera Mena se decida a versionar ese estribillo «No va (no va, no va, no va, no va) / este amor, (amor, amor, amor, amor) / te perdiste en ese laberinto de espejos y me has roto el corazón».
Aparte de recordarnos que Linda Mirada lleva cuatro años y medio sin sacar disco, y que probablemente el de Ana Naranjo sea uno de los proyectos más chulos e infravalorados del país, ‘Espejos’ es una excelente forma de derribar fronteras en muchos sentidos. En él encontramos referencias a compositores latinos y españoles, franceses e italianos, y también neoyorquinos y británicos. El álbum reúne a Yanara Espinoza de Papaya en los coros y la guitarra eléctrica de ‘Mimosa’ y ‘Besos’, a Bairoa de los portorriqueños asentados en Brooklyn Buscabulla en los teclados de ‘Hipnotizado’ y a la catalana Elsa de Alfonso haciendo coros en ‘Manipulador’; además de citar como referencia a «Chic, Imagination, los argentinos Virus de Federico Moura, Chromatics, Jessy Lanza, Los Encargados, Iván, Cerrone o Junior Boys». Aunque igual la más importante es la temporal: pocas veces un disco suena tan actual referenciando los 60 más melódicos y los 80 más modernetes.
Calificación: 7,8/10
Lo mejor: ‘Espejos’, ‘Mimosa’, ‘Manipulador’, ‘Cariño’
Te gustará si te gusta: Raffaella Carrá, Javiera Mena, Toro y Moi, Papaya
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