La carrera musical de Kylie (que ya era conocida a mediados de los 80 en Australia por su papel en una serie de televisión) arranca en ‘The Loco-Motion’: esta es la versión que la artista graba con el sello australiano Mushroom Records en 1987 después de actuar en un evento deportivo… sin imaginar que terminaría convirtiéndose en el mayor éxito de los 80 en Australia. Lo que vendría después es historia: fichaje con PWL (Pete Waterman Limited), el sello de Mike Stock, Matt Aitken y Pete Waterman (conocidos como Stock, Aitken & Waterman) en Londres a través del cual se compondrían, producirían y editarían los éxitos más conocidos de la primera Kylie (88-92).
De la primera reunión de Kylie con Stock, Aitken & Waterman en Londres nació ‘I Should Be So Lucky’. Para que luego se critique a Lady Gaga o a Sia por ser capaces de escribir canciones en 10 minutos mientras se hacen las uñas de los pies o fríen las croquetas, el trío de compositores se sacó de la manga este exitazo que fue número uno en 7 países, incluido Reino Unido, después de recibir a Minogue en sus estudios cuando no la esperaban (se habían olvidado de ella). Las rimas de «imagination» con «complication», «celebration» y «sensation» de la canción no parecen muy pensadas, pero la melodía es espectacular y el tema es recordado hoy en día.
Que Kylie llevaba toda una carrera de temazos previa a ‘Spinning Around’ y a ‘Can’t Get You Out of My Head’ puede que sea una obviedad en Australia y Reino Unido, donde siempre ha sido una estrella, pero en España no son tan conocidas composiciones de pop ochentero excelentes como ‘Hand On Your Heart’, ‘Never Too Late’, ‘Je Ne Sais Pas Pourquoi’ o las majestuosas baladas ‘Wouldn’t Change a Thing’ y ‘Especially for You’ con Jason Donovan, y es una lástima, pues si ha existido una Robin Sparkles en la historia del pop, esa ha sido Kylie. ¿Y qué decir de cómo entró Minogue en los 90? Los singles de ‘Rhythm of Love’, además del «album track» ‘Things Can Only Can Better’, son tan emocionantes hoy como entonces.
No podemos dejar de incluir en la playlist temas menos populares de Kylie como ‘Nothing to Lose’ ni olvidarnos de ‘Let’s Get to It’, su disco de 1991, probablemente el peor de su carrera, aunque no exento de canciones rescatables como ‘Word is Out’, la sensual ‘Finer Feelings’ o el no-single ‘Live and Learn’. El de Kylie es un caso clásico de artista pop que edita singles muy superiores al resto de sus canciones, pero de su catálogo siempre hay joyas que rescatar. No dejéis de recordar ‘Turn It Into Love’, de llorar con ‘Especially for You’ y de ver el cielo abrirse ante vosotros con ‘What Kind of Fool? (Heard All That Before)’. Sobre todo lo último.