Música

Michel Cloup Duo: rebelión desde la intimidad

Sería grave olvidar que Francia, además de algunos de los proyectos de pop más o menos electrónico más relevantes de los últimos lustros (Daft Punk, Phoenix, Justice) y de herederos de la chanson (Dominique A, Vincent Delerm, Benjamin Biolay), también ha sido la cuna de alguno de los proyectos de rock más abrasivos y combativos que hayan surgido en Europa. Hablo, claro, de Diabologum, seminal proyecto de noise rock ambiental, y de su secuela, Expérience, post-rock de alta densidad sonora y política. Al frente de ambos estuvo Michel Cloup, un músico de Toulouse que bien podría mantener su leyenda recuperando o dando aún más cuerda a dos repertorios tan personales y fantásticos como esos.

Sin embargo, como ha dicho, rotundamente, a David Saavedra en una entrevista para Rockdelux (Diciembre, 2016), no es su camino: “El pasado es pasado y no volveremos. El futuro es más importante”. No hay más que hablar. Así que, finalizada la carrera de Expérience con la pasada década, Michel optó por hacer algo muy distinto: un proyecto minimalista, sólo con su voz, su guitarra y una batería (entonces, la de Patrice Cartier, también de su ex-banda), y canciones más intimistas, de menor carga política.

Así llegó en 2011 el autoproducido debut de Michel Cloup Duo, ‘Notre silence’, un disco más personal que nunca, sobre la incomunicación y la ausencia (la pérdida de algún familiar próximo parece el leit motiv de cortes como ‘L’enfant’ o ‘Notre Silence’). Pero, en esta nueva encarnación, por entonces la rabia tampoco se había atenuado. Ni en lo musical, ya que con solo dos músicos alcanzaba cotas de ruido y emoción semejantes a sus proyectos previos, ni en lo lírico:

“Mi espalda estaba destrozada. Mis rodillas, mis piernas, mis codos, derretidos. No podía hablar. Como un animal aterrorizado, atrapado por las luces delanteras de un coche invisible. Mi única protección era esta rabia que había logrado contener”. ‘Cette Colère’.

En 2014 Cartier y Cloup regresaban con ‘Minuit dans tes bras

’, un álbum no podemos decir que luminoso pero sí más vibrante, epidérmico y expansivo, más próximo que nunca a referentes como Fugazi o Slint. Guitarras más ortodoxas, por momentos stoner, y rítmica ágil, para unos textos que abordaban las relaciones humanas y sentimentales, toda una novedad para Cloup. Además, este disco marcaba el reencuentro de Michel con la actriz Françoise Lebrun, cuyo monólogo en el film de Jean Eustache ‘La maman et la putain’ protagonizaba una canción homónima de Diabologum, una de las más celebradas de su repertorio. En esta ocasión, la voz de Lebrun traía la calma al final de la tensa y extensa segunda parte (más de 12 minutos) del corte que daba nombre al álbum.

Tras aquel disco, Patrick Cartier decidió dejar el dúo para dedicar más tiempo a su familia, no sin antes ofrecer un concierto final en París que quedaría registrado en el disco en directo ‘Nous vieillirons ensemble’. Con su nuevo baterista, Julien Rufié, Cloup ha vuelto a la actividad discográfica este año en ‘Ici et là-bas’, un álbum en el que la singular situación política y social del mundo le han hecho volver a sacar su faceta más crítica y agitadora. Su visión, explícita en títulos como ‘Nous qui n’arrivons plus à dire nous’ (“nosotros que ya no podemos decir nosotros”) o ‘La classe ouvrière c’est enfuie’ (“la clase obrera ha huido”), parece albergar un espeso poso amargo, nada optimista, para las revueltas populares vividas en los últimos años. A punto de llegar a un año políticamente crucial en su país, parece buscar una reacción en la sociedad francesa, seducida por el peligroso ascenso de la extrema derecha.

Michel Cloup Duo presentan ‘Ici et là-bas’ este jueves, 15 de diciembre, en Caprichos de Apolo, en la Sala Apolo de Barcelona (entradas disponibles aquí). También actúan el día 16 de diciembre en la Tabakalera de Donosti.

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Publicado por
Raúl Guillén