Te damos 5 razones (no muy entusiastas pero sí de peso) para subirte a esta nueva nave rebelde:
1. El universo Star Wars se expande, y nuestra capacidad de asombro también. La variedad de escenarios, paisajes, localizaciones y razas de ‘Rogue One’ es apabullante. Nunca esta galaxia “muy muy lejana» ha parecido tan extensa, heterogénea y visualmente tan atractiva. Y nunca la Estrella de la Muerte ha brillado tanto.
2. El droide K-2SO. Ni la pareja protagonista (Felicity Jones y Diego Luna, con menos química que Hayden Christensen y Natalie Portman en ‘El ataque de los clones’), ni los secundarios de lujo (Mads Mikkelsen, Forest Whitaker, Ben Mendelsohn), ni, por supuesto, el insufrible dúo chino (que parece incluido solo para satisfacer al mercado asiático), son capaces de hacerle sombra. El gran personaje de esta película es K-2SO, un androide imperial reprogramado tan bocazas como lleno de nobleza. Qué lejanos parecen los tiempos de Jar Jar Binks…
3. Gareth Edwards. El director británico ya demostró en ‘Monsters’ (2010) y ‘Godzilla’ (2014) su enorme capacidad para encontrar belleza y poesía en medio del Apocalipsis. En ‘Rogue One’, a pesar de su desencuentro con Disney (que ha modificado el montaje original parece que dulcificándolo), lo vuelve a conseguir. Hay choques de naves, planetas en llamas y abrazos al atardecer con más potencia lírica que todas las últimas películas de Terrence Malick.
4. ‘Rogue One’ es una tremenda película bélica. Ni de ciencia ficción ni de aventuras espaciales. De guerra. Un espectacular y cruento Apocalypse Now galáctico, con poca espada láser y mucho armamento pesado. Una lucha colectiva entre oprimidos y opresores que transcurre en planetas convenientemente parecidos a los territorios donde se han librado guerras como la de Irak (Jedha) o la de Vietnam (Scarif). Las interpretaciones y posibles lecturas políticas están bien abiertas.
5. La resucitación del gobernador Tarkin. Dilemas éticos aparte, el logro técnico que ha hecho posible el milagro de traer de entre los muertos a Peter Cushing es impresionante. Aunque eso sí, esta resucitación tiene una segunda lectura: se queda uno tan pasmado viéndole que es imposible atender a lo que dice el personaje. La profecía de ‘El congreso’ hecha realidad. 7’5.