Todo esto plasmado en una obra que pasa como un suspiro. Menos de media hora, once canciones cuyo título se lleva al hueso (artículo y sustantivo), de melodías muy clásicas, más bien susurradas, con letras que, por momentos, cuesta aprehender. Para vestirlas y dotarlas de la atmósfera onírica adecuada, Pons oscila ora entre el folk británico pastoral de los sesenta, ora entre la americana, salpicado con toques de psicodelia laietana. En el lado más bucólico, la hermosa ‘El cap’, la letanía que lo abre, cuyos arrebatos y ese tambor lejano que marca su ritmo lluvioso parece rescatado de alguna mañana brumosa en la campiña. ‘El plor’ es americana lánguida de enorme estribillo, con un arranque tan clásico que parece existir de siempre. O cómo juega a Jeff Buckley en la final ‘L’adéu ‘. En el otro lado, la zumbona ‘El cau’; ‘Els altres’, que suena como si Wilco se hubieran dejado caer por la Segarra; ‘El verí’, una melodía jubilosa que suena a villancico. O ‘La trampa’, más en la onda de unos Ia i Batiste, la menos anglosajona del conjunto. Y, en el punto intermedio, una delicia como ‘El cor’, donde la pulsión sensual se mezcla con el aire de nana.
‘La força’ se siente como si El Petit de Cal Eril
EL Petit de Cal Eril presenta ‘La força’ mañana, día 22 de diciembre, en Caprichos de Apolo, en la sala Apolo de Barcelona.
Nota: 7/10
Destacadas: ‘El cap’, ‘El plor’, ‘El cor’, ‘El verí’
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