Y ha hecho bien, porque da gusto escucharle: «hablamos de una ruptura pero no tengo ningún interés en que mi expareja se sienta mal oyendo mi disco. Todo lo contrario», ha dicho en El Confidencial. «Me di cuenta de que no es para tanto, sino que igual nos lo están metiendo en la cabeza eso de que te quedas sin pareja y deberías estar llorando y triste… Vi que era una oportunidad nueva de encontrar mil cosas y, sobre todo, tenía claro que no quería hacer un disco llorón. No tengo nada por lo que llorar (…) A veces, nos regocijamos en lo chungo cuando en el fondo lo que hay que hacer es hablar de lo malo para ver cómo lo vamos a combatir rápidamente».
Así, aunque el disco obviamente contiene pasajes agrios, alicaídos o rabiosos, la sensación de desolación no manda en absoluto. Entre la vertiente más amarga, una ‘Farsante’ al piano que podría haber sido compuesta por uno de los grandes autores de la canción melódica española de los años 70, o los celos de ‘El viaje a Dondenosabidusientan’; mientras que entre los más reconfortantes están esa ‘Casa, ahora vivo aquí’ convertida en una celebración de la amistad (uno de los pilares para Ferreiro durante su pequeño bache personal), de la misma manera que ‘La otra mitad’ suena bastante pop y optimista o ‘Todas esas cosas buenas’ se decanta finalmente por la parte positiva de todos los elementos que enumera la letra.
La cotidianidad de esta última canción hace las delicias de sus seguidores, lo mismo que la incursión sexual de ‘Dioses de la distorsión’ -en la que no ha temido que la palabra «bragas» reste solemnidad a la canción- o el notable single principal ‘El pensamiento circular’, un gran tema que se va viniendo arriba poco a poco entre punteos post-punk y teclados, mientras Ferreiro va variando sabiamente uno de los ganchos fuera del estribillo: «hay noches que todo es una porquería», «hay noches que escucho muchas tonterías», «hay noches que como muchas chucherías».
Aunque es una pena que ‘Dioses de la distorsión’ no haya llevado más allá el loop electrónico con que arranca como sí se habría atrevido Jorge Drexler, y aunque el funk de ‘Los restos del amor’ y el rock de ‘Dies Irae’ (la conociste con Bunbury y Santi Balmes) tampoco representan los mejores momentos del álbum, la producción de Ricky Falkner es tan correcta como cabría esperar. Lo mejor de ‘Casa’ son sus pistas más calmadas, muy bien desarrolladas (final de ‘Tupolev’) y tan bien arregladas (‘Río Alquitrán’, entre otras) como los últimos discos de La Buena Vida, mostrando a Iván Ferreiro lo suficientemente cómodo con su madurez como para presumir de canas y arrugas. De experiencia. Un buen disco, pues, aunque confunda «madurez» con «álbum larguísimo», a cuyo exitazo -ha sido número 1 en España- ha contribuido la edición especial, «una pequeña caja de mudanzas, personalizada y manuscrita por Iván, limitada y numerada donde todas las cajas son diferentes», que incluye pistas extra, además de «un relato de Rai Doriva».
‘Casa’ se presenta este jueves 22 de diciembre en el Palacio de Deportes de Madrid. Entradas para esta y otras ciudades de la gira de Iván Ferreiro en Ticketea.
Calificación: 6,9/10
Lo mejor: ‘El pensamiento circular’, ‘Casa, ahora vivo aquí’, ‘Farsante’, ‘El viaje a Dondenosabidusientan’
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