‘Supernatural Mango’ “solo” contiene cuatro cortes, pero son tan canela en rama, tan divertidos, personales y variados que no dejan lugar a dudas: el grupo comandado por el carismático Aitite va a ser grande. Hasta el punto que apuesto a que el público foráneo que se enfrente a ellos (eso si consiguen un slot en un escenario decente) en el próximo Primavera Sound se quedará con el culo torcido ante su talento y sentido del humor, y les etiquetará como los próximos Foxygen/Ariel Pink/MGMT. No podemos esperar más a escuchar más canciones de estos murcianos.
El canario Borja Buche, miembro del colectivo Locoplaya (que cada vez cuenta con más presencia en redes, muy merecidamente), no para de crecer. Y, lo mejor, lo hace con una ética y estésica absolutamente al margen del movimiento trap. Él, como sus colegas Don Patricio se mantiene distante con producciones de funk suave, elegante, y un flow inconfundible, fabuloso. La última campanada que ha dado es que el famoso A-Trak ha incluido su enorme ‘Mucho’ en una de sus últimas sesiones. De aquí a la fama… Pero Bejo es mucho más que ‘Mucho’: los recientes ‘La colada’ y ‘El puto amo de casa’ son tan flipantes como todo lo que ha mostrado en 2016. Queremos necesitamos más.
Este cuarteto de Barcelona emergió en 2013 con ‘Tremor Forto’, un disco en el que convivían electro, cumbia, pop, tropicalismo y ruido. Después dejó de oírse de ellos hasta que hace unos meses comenzaron a mostrar los nuevos temas del que en marzo será su debut largo, ‘Taká’: ‘Negrito’, con esa despiporrante coda final operística, y ‘Hielo seco’, muestran que han limado su propuesta y matizado su estética, con una imagen colorida y unas letras divertidas que remiten a propuestas de los 80 como Las Xoxonees de Chus Gutiérrez y Blanca Li.
Aunque nació en Nueva York y ahora reside en Los Ángeles, Christina es también ciudadana española, puesto que su madre es la actriz y cantante Carmen Cuesta. Y su padre, el reconocido jazzman Chuck Loeb. Por tanto, tiene la música en las venas. Aunque recibió una educación musical clásica (toca la flauta travesera y el fagot), su formación incluye cosas como Green Day, Smashing Pumpkins, Fiona Apple o (la primera) Sheryl Crow. Esto se concreta en canciones sinuosas, muy bien rematadas tacnicamente, en las que partiendo de una sencilla base acústica construye epopeyas shoegaze y dream pop que remiten a Beach House o los primeros Lush, sin renunciar a la sofisticación (como muestra, ‘My King’). Ya ha mostrado 3 de las cuatro canciones de ‘Dive’, su primer EP, con ‘Charlotte Hill‘ como tema estrella que pronto tendrá un videoclip.
El colectivo gallego Banana Bahía es ya bastante conocido gracias al trabajo de uno de sus productores, Royce Rolo, en ‘Siempre’ de Agorazein, el trabajo de rap más importante y ambicioso del año pasado en nuestro país. Sin embargo, en él también se integran MCs tan apabullantes como Kaixo, un rapero que se monta en las enormes producciones trap de Rolo o Kongo Lacosta para tirar versos que, aunque hablen de droga y pasta, también están llenos de angustia existencial y referencias culturales y filosóficas con cierta erudición. Tras ‘Sniff Sniff
’, una mixtape con la que debutó en 2015, promete que este mes llega ‘#MALLORY’, su continuación. Tanto ‘Ni money ni cribs’ como ‘Uh!’, sus adelantos, son abrumadores.Este cuarteto es lo más parecido a un supergrupo femenino que existe hoy en el underground madrileño. Miembros o ex-miembros de Dúo Divergente, Matarse en la Castellana, Agnes y Las Cruces, la propuesta de estas cuatro chicas es directa, aguerrida y divertida. Con un pie en el punk rock y otro en lo yeyé, canciones como ‘Blackout’ o la reciente ‘Yo lo vi primero’ (con guatones guiños a programas de la radio y televisión estatales) nos ponen a bailar mientras llega ‘Futuras esposas’ (producido por Carlangas de Novedades Carminha), debut largo que llega el 10 de febrero.
La madrileña Gabriela Casero es otra de esas jóvenes que comenzaron haciendo canciones propias y ajenas apenas con una guitarra y su preciosa voz, en su dormitorio. Sin embargo, poco a poco, ha ido dando con una sonoridad propia, introduciendo bases electrónicas y arreglos de teclado sugerentes que la elevan a otro nivel. Y así es como MOW, su proyecto, ha llegado a fichar por Subterfuge Records, que editará sus primeras canciones en los próximos meses. La primera, ‘Grasiah’ (sic), es ya una buena muestra de lo alto que puede llegar.
‘Necrotú y yo’ ha sido, muy merecidamente, una de las 100 canciones del 2016 para nuestra web. Forma parte de ‘Vendetta’, su álbum de debut que inicialmente se preveía para septiembre y que, por fin, llega esta semana (era por una buena causa: su fichaje por el sello Music Bus). En él, los gallegos Tarci Ávila y Nacho Dafonte tienen que confirmar que su synthpop de raíz clásica pero matizada por influencias contemporáneas como Moderat, M83 o Massive Attack va más allá que un solo buen single.
Está escrito que 2017 sea un año grande para Rosalía. Su fenómeno ya ha comenzado, pero se intensificará cuando publique su debut, ‘Los Ángeles’, creado y producido junto a Raül Fernández Refree, y sus conciertos, ya a nivel teatros, se cuentan por sold-outs. Pero lo mejor de todo esto es que esta cantaora catalana ha alcanzado este nivel partiendo de la ortodoxia flamenca, y sumándole más colores que ha ido adquiriendo gracias a su mente aperturista, que incluyen sus ya celebradas colaboraciones con C.Tangana.
Aunque es cierto que sus canciones aún puedan estar más pulidas en cuanto a producción, una de las cosas más refrescantes que le han pasado al underground estatal en 2016 es el crecimiento de este trío (comenzaron como un dúo, al que luego se sumó Lucía, la chica morena) madrileño. Su pop bailable, influido por el hip hop y el soul clásicos y contemporáneos, está tan próximo a Phantogram o Santigold como al pop escandinavo más avanzado. Y su potencial comercial más allá de un circuito independiente es evidente. ‘Dust & Gold’, su último single, es tan magnético o más que ‘Falling’, su intra-hit.