«Confieso que tengo debilidad por los temas de Calvin Harris, por esos estribillos categóricos engastados en subidones épicos. Pero parece que, tras el fin de la EDM, Harris se va dulcificando. Aunque ‘My Way’ y ‘This Is What You Came For’ aún seguían tirando de zapatillazo, aquí se nos ha comedido, un poco como ha hecho Katy Perry en su último single. ‘Slide’ es suave (bueno, todo lo suave que puede ser Harris) disco soul, un masaje para los oídos en que vuelve a demostrar que tiene la mano rota a la hora de parir tonadas pegadizas. Y aunque me cuesta creer que Frank Ocean se haya prestado a compartir featuring con Migos, coronan la canción estupendamente: Frank Ocean gustándose y Migos con un flow elegante. Si le sumamos el plus de que han usado el autotune de manera discreta (¡yuhu!), pues tenemos otro caballo ganador». Mireia Pería.
«Me parece un gusto escuchar a Calvin Harris salir de su zona de confort, relajar los beats y ponerse funky (nadie recuerda ya ‘I Created Disco’, ¿verdad?) para ponerse a tiro de un Frank Ocean académico, al que casi no reconocemos ya sin Autotune (o como se llame ese software de Francis and the Lights). El estribillo de ‘Slide’ no es, en todo caso, para tirar cohetes, y el papel de Migos es poco menos que testimonial, pero un nuevo disco del escocés sin ir a piñón fijo resulta estimulante». Raúl Guillén
.«Calvin Harris sabe, antes y despúes de ‘We Found Love’, que se pueden hacer hits sin ser obvio. Aquí, se le ha ido un poco la mano con el rollo chill. Si quiero escuchar a Frank Ocean en un medio tiempo, me pongo su disco, pero para escucharle a él y a Calvin en este registro, ya teníamos a Chromeo. ¡Dame zapatilla, Calvin! ¿Por qué llevaré 24 horas enganchado a ‘Dance Wiv Me’?». Sebas E. Alonso.
«La buena noticia de ‘Slide’ es que Calvin Harris no ha montado a Frank Ocean en una base EDM propia de su trabajo reciente, así que el autor de ‘Blonde’ no corre peligro de conseguir el hit de su vida con una canción antagónica a su estilo. La mala es que ‘Slide’ tampoco es un número de post-disco especialmente memorable; sí es de agradecer escuchar a Ocean en otros contextos más cercanos a la pista de baile -la aportación de Migos es totalmente prescindible-, pero sonar a Melba Moore circa 1982 puede dar mejores resultados, como bien ha demostrado Bruno Mars. Esto se queda en relleno». Jordi Bardají.