Une a Dave Longstreth y Sampha Sissay haber colaborado en el último disco de Solange, ‘A Seat at the Table’. Pero ni ‘Process’ ni ‘Dirty Projectors’ tienen mucho que ver con el disco de Knowles y sí mucho entre ellos, pues ambos abogan por un soul de letras honestas -a veces incluso demasiado- y producción digital futurista, llena de matices y relieves, que sitúan sus discos claramente en 2017. El de Knowles es más orgánico y clásico.
Que Dave Longstreth es capaz de escribir clásicos de R&B lo sabíamos desde que escuchamos la maravillosa ‘Stillness is the Move’; lo que no esperábamos es que su reconocido amor por Justin Timberlake y Beyoncé se fuera a materializar en un disco de manera tan clara como lo hace aquí. ‘Death Spiral’, ‘Work Together’ y ‘Winner Take Nothing’ son demasiado rocambolescas como para sonar en radio, pero esencialmente podrían haber aparecido en ‘Futuresex/Lovesounds’ sin haber hecho mucho ruido entre hits tipo ‘Sexyback’ o ‘My Love’. Por cierto, Jimmy Douglass, que mezcló el clásico de Timberlake y otros trabajos de Timbaland, mezcla aquí la pista 4, ‘Work Together’.
Al margen de su sonido, ‘Dirty Projectors’ es claramente un disco de ruptura en el que Longstreth recuerda en sus letras, mayormente angustiado, por ejemplo en ‘Keep Your Name’ o ‘Work Together’, el fin de su relación con Amber Coffman, ex integrante de Dirty Projectors. Ella celebra su soledad en ‘All By Myself’ pero Longstreth ha colaborado en su disco, conque mal no deben haber acabado. ¿Otro disco de ruptura? ‘Vulnicura’ de Björk, ejemplo también de su propio tipo de soul moderno. Por cierto, ¿alguien recuerda el disco que Dirty Projectors y Björk publicaron en conjunto?
Dawn Richard es la cantante invitada en ‘Cool Your Heart’: Dave no la ha invitado a la peor canción de su disco precisamente, sino probablemente a la mejor, y Richard es una suma magnífica a su composición, que es co-autoría de Solange. Si ‘Cool Your Heart’ sirve de vehículo para que alguien conozca de casualidad el interesante trabajo de Richard, que practica un R&B de sonoridades avanzadas, muy experimental, que resuena en varios puntos de ‘Dirty Projectors’, sobre todo en los más intensos, bienvenido sea.
Para entender la influencia africana de ‘Dirty Projectors’ en canciones como ‘Up in Hudson’ o ‘Cool Your Heart’ no hace falta remontarse a ‘Graceland’ de Paul Simon. De hecho, si Dave Longstreth hubiera estado activo durante los 70 y 80 probablemente se llamaría David Byrne, su grupo Talking Heads y el disco que presenta este año ‘Remain in Light’, como el disco de Longstreth, un artefacto de pop en modo «horror vacui» donde el grupo experimentaba con ritmos programados en bucle, polirritmos africanos y sintetizadores de una manera muy parecida a lo que hace Longstreth actualmente.
Aunque Dirty Projectors como grupo se hizo famoso en 2009 tras la publicación de ‘Bitte Orca’, el nuevo disco de Dave Longstreth tiene más puntos en común con su disco de 2005, ‘The Getty Address’: quizás las melodías sean menos memorables, pero la laboriosa composición y producción artesanal de este disco que Longstreth hizo solo en su habitación, la tremenda riqueza de texturas sonoras que maneja, su sensibilidad R&B, su belleza melódica clásica combinada con feísmo se ha traslado también a ‘Dirty Projectors’. De alguna manera, canciones como ‘I Will Truck’ o ‘Tour Along the Potomac’ podrían haber sido reinterpretados aquí sin problema.
La moda del autotune, el Prismizer u otras herramientas de distorsión vocal en trabajos recientes de Kanye West, Frank Ocean, Bon Iver o Chance the Rapper ha impregnado también el nuevo trabajo de Dirty Projectors. ‘Ascent Through Clouds’ es el ejemplo más claro, pero ‘Keep Your Name’ y ‘Work Together’ también presentan voces distorsionadas en contraste con la emotividad de sus arreglos tanto orgánicos como electrónicos, lo cual recuerda al último trabajo de Bon Iver, que también contenía ideas sonoras futuristas, aunque desde luego nada tan bailable como ‘Death Spiral’.
Más allá de Talking Heads ha habido decenas y decenas de grupos de «indie rock» que han hecho canciones muy pop, con arreglos electrónicos, influenciadas a su vez por ‘Graceland’ de Paul Simon. Uno de ellos le queda muy de cerca a Dave Longstreth porque también es de Nueva York: hablamos de Vampire Weekend. ‘Contra’, su segundo disco, era mucho menos urgente que su primer disco y, por supuesto, muchísimo menos esquizofrénico que el disco de Dirty Projectors, pero contiene una frescura y creatividad que los fans de lo nuevo de Longstreth apreciarán seguro.