En la mencionada gala, Casillas actuó como Drag Sethlas disfrazado del Papa, la Virgen María y Jesucristo crucificado acompañado de música de Madonna y Lady Gaga (y no canciones cualquiera, sino ‘Holy Water’ y ‘Judas’, respectivamente) y de otros temas con contenido sexual que el colectivo cristiano de Gran Canaria ha considerado blasfemo e incluso delictivo. No es la opinión de La Fiscalía, que defiende la aplicación del Código Penal no puede ser responsabilidad de «la mayor o menor sensibilidad de quienes profesan una religión» y que, para que una actuación de esta naturaleza resulte delictiva ,»no basta con que concurra un sentimiento de ofensa [entre una comunidad creyente], por muy libre y legítimo que este sea».
La Fiscalía continúa: «No consta que nadie de la organización hubiera advertido a Casillas de que su actuación pudiera ser ofensiva para los sentimientos religiosos desde la comisión de una infracción penal. Se trata, a nuestro juicio, de una muestra más de que el carácter penal de esta conducta no aparece en absoluto claro, lo que permite valorar como razonable la ausencia de conciencia y de voluntad delictiva».