Todo comenzó más o menos allá por 2012, bajo el alias de Rels Beats y produciendo bases de rap con trasfondo jazzy para otros. Pero la suerte de Dani o Skinny Flakk, como también se hace llamar, cambió cuando a finales de 2015 se apoyó en los beats del tandem Itchy & Buco Sounds y cogió el micro para grabar el EP ‘Player Hater’. Temas como ‘Mary Jane’ (cerca de 7 millones de visualizaciones ya) o ‘Big Plan$’ le hicieron subir de nivel de un golpe, aunque su sonido no encajaba dentro del incipiente trap, sino que retomaba el perfil más funk desplegado por C.Tangana en los inicios de Agorazein.
Y la «burbuja» no se desinfló: con un canal de Youtube que ya está cerca de los 250.000 suscriptores, ‘Tienes el don’ (7,7 millones), ‘Re-Member’ (5,3 millones) y ‘Made in Taiwan’ (cerca de los 9 millones) se han convertido en himnos para toda una generación cautivada por Rels B, que llena sus conciertos y ansía sus nuevas canciones, con letras que recurren a la sensualidad y cierto romanticismo con frecuencia. Esos himnos se reunieron hace unos meses en ‘Boys Don’t Cry
’, el debut oficial de Rels B e IBS, que pese a estar autoeditado y no contar con más promo que el boca-oreja, acumula millones de reproducciones suficientes como para ser disco de platino.Y ya pueden rechinar los dientes de los ejecutivos de cualquier discográfica: para Rels B es irrenunciable su independencia y prefiere ganarse la vida ajeno a la industria. Al menos parece que es posible mientras siga llenando salas por todo el mundo. Y esto es literal, porque acaba de partir hacia América para realizar conciertos en Argentina, Uruguay, Ecuador y Colombia. Pero él no para ni un minuto, y cuando acaba de presentar un disco que reúne temas inéditos no incluidos en ‘Boys Don’t Cry’, ya ha anunciado la próxima edición de un EP junto a Índigo Jams (de Broke Niños Make Pesos). Tras su gira latinoamericana, Rels B actuará también en nuestro país el próximo mes de abril: además de Almería, Valencia (junto a Dellafuente & Maka) y Murcia (Festival Animal Sound), su actuación en el club Trvmp de la sala Ochoymedio de Madrid promete ser histórico.