Entre sentencias como «he conocido a los hombres de soldados y los he convertido en generales», «he trabajado en restaurantes, vendido joyas, echado cartas… lo que no he sido ha sido rica» o «me encanta la muerte», América ha recordado su viaje de Cuba a México, luego a España y ha alabado a su yerno Mario Vaquerizo, hablando de «parejas raras». «Si se pelean los dos, lo primero que les digo es que no se pueden divorciar mientras que yo viva. Ustedes empezaron y se aguantan. No hagan como yo, el ejemplo mío no. Yo les digo que me quedo con Mario. Ella es mi hija para siempre, para qué la quiero, si es para siempre. Y a Mario me lo llevo conmigo».
Sobre los trabajos como actriz y cantante de Alaska cuando esta era menor, lo que implicó una meada sadomasoquista en la ópera prima de Almodóvar, América cuenta que nunca se escandalizó aunque sus amigas sí. Cuando Alaska, mexicana, se pasaba, la amenaza era: «eres extranjera, te van a llevar a un reformatorio, te van a deportar, te van a llevar con papá».
Mención especial para Pablo Motos, que no se aprendió el nombre del libro porque «son tantos países (sic) que me vuelvo loco», aunque al menos abrió con un gran: «América, este aplauso en este programa no se lo han dado ni a Tom Cruise». Podéis ver el programa completo, aquí.