Si ‘More Life’ no es un álbum al uso es por su contenido, que presenta canciones terminadas y otras (muchas) subdesarrolladas e interludios tan innecesarios como los de Jorja Smith o Skepta. Pero ‘VIEWS’, el álbum, no era mucho mejor que ‘More Life’, la «playlist»; de hecho, medios y fans tiene ya bastante claro, por lo que puede leerse en críticas y redes sociales, que era muchísimo peor. La realidad, sin embargo, es que ‘VIEWS’ y ‘More Life’ comparten varios puntos en común, como que son consistentes por sonido, presentan casi el mismo número de pistas y duran exactamente lo mismo. No, de nuevo nadie tiene 1 hora y 20 minutos de su vida para dedicar enteramente a Aubrey Graham, pero, como suele suceder con el artista canadiense, ‘More Life’ presenta un puñado de buenas canciones que vale la pena destacar, aunque también otro buen montón de temas anodinos de los que solo los fans se acordarán en el futuro.
Si entendemos que ‘More Life’ es un escaparate de canciones nuevas de Drake y-no-un-disco-de-estudio-normal-por-favor-gracias, el concepto sonoro de este «escaparate» parece ser la evocación de un verano que termina. Es una idea que suele producir verdaderas maravillas musicales -¿no está la moda de tropical house actual basada en ella?- y la misma que captura magistralmente la obra maestra del disco, ‘Passionfruit’, un número de bedroom-house dulce y tenue en el que Drake nos canta sobre un amor imposible (¿el de Rihanna?
) pero en el que, sobre todo, nos deja una melodía preciosa que evoca una nostalgia universal, no del todo posible de ubicar en ningún recuerdo concreto.A través de estos paisajes veraniegos nocturnos desarrolla Drake la mayoría de su nuevo disco, que contiene, por supuesto, tanto ritmos de trap y R&B pantanoso (‘Fake Love’, ‘Since Way Back’ con PARTYNEXTDOOR) como dancehall (ese ‘Blem’ que no es sino el hermano taciturno de ‘Work’ de Rihanna; la gentil ‘Madiba Riddim’) o incluso de house sudafricano (‘Get it Together’ con Jorja Smith). Ninguna de estas canciones parecen el nuevo ‘Hotline Bling’ pero sí despuntan por encima del grueso del disco, tan anodino que ni siquiera las colaboraciones de Kanye West (‘Glow’, co-escrita por Gabriel Garzón-Montano) o Sampha (‘4422’) o el sample de Jennifer Lopez (‘Teenage Fever’) las salvan y en el que Graham vuelve a reflexionar sobre los mismos temas de siempre (fama, amor, sexo, la industria) sin contarnos nada nuevo o interesante.
Tampoco es posible escuchar de un tirón este disco sin agobiarse de la voz de Drake, que tanto cuando canta como cuando rapea emite unos planos tan lisos que parece que contenga un programa de «Melodyne» en la garganta. Drake tiene un tono bonito, melódico, cálido, pero 80 minutos de su voz es pedir una lobotomía a gritos y además a cámara lenta. Nada nuevo: como ya viene sucediendo con varios de sus largos, ‘More Life’ es una obra irregular, de larga cansina, de la que pueden rescatarse un puñadito de canciones que casi, casi redimen sus numerosos defectos. Que Drake la llame como quiera; de hecho, que saque lo que quiera, como si le da por publicar un disco de 75 canciones, mientras no se guarde lo bueno.
Calificación: 6,1/10
Lo mejor: ‘Passionfruit’, ‘Get it Together’, ‘Fake Love’, ‘Blem’, ‘Since Way Back’
Te gustará si te gusta: Beyoncé, Frank Ocean, The Weeknd
Escúchalo: Spotify