Este pasado viernes, coincidiendo con el lanzamiento de su nuevo álbum ‘American‘, arrancaba la novena edición de ‘Rupaul’s Drag Race‘ rodeada de una llamativa y casi inusitada expectación. Buena culpa de ello la tiene la incorporación como juez en este primer programa de Lady Gaga, uno de los mayores referentes de esta rejuvenecida y floreciente cultura drag. La súper imitadísima cantante aparecía en el programa gastando una broma, haciendo su entrada como una concursante más y despertando la admiración de las otras concursantes por lo impecable de su caracterización hasta que se descubría el pastel. Después, todo el programa se desarrollaba como un superhomenaje a la artista y a todos los impactantes looks con los que se ha presentado al público a lo largo de su carrera; vídeos, portadas de revista, personajes y alfombras rojas incluidas.
Este programa ha traspasado fronteras y círculos para posicionarse como uno de los más icónicos de esta generación. ‘Rupaul’s Drag Race’ no deja de ser un talent show, ya que no se trata solo de 14 tíos poniéndose tacones y pelucas y cantando canciones de ABBA. Es mucho más que eso. Las concursantes tienen que sobresalir en muchas y variadas disciplinas, convirtiendo a las mejores en auténticas todoterreno del mundo del entretenimiento; maquillaje, peluquería, diseño de vestuario, corte y confección, interpretación, canto, stand-up comedy… Una compañía de teatro entera concentrada en una misma persona. Si eso no requiere talento, que baje Dios y lo vea.
Comercialmente no cabe duda de que el formato ha sido un pelotazo. Nueve temporadas no las hace cualquiera y además cada vez resulta menos raro oír por la calle frases, chistes y jerga propia del programa y de la escena drag
, tradicionalmente muy minoritaria. Es precisamente este fenómeno el que resulta admirable o como mínimo digno de mención. No es baladí que un programa que hasta anteayer era imposible de ver en España si no era tirando de descargas ilegales -gracias Netflix y Ten por arreglar ese asuntillo- hoy reúna a gente en bares para su visionado en grupo. Y esto es en España; en USA el fenómeno está en plena ebullición. Tanto es así que J. J. Abrams está preparando una serie de ficción basada en la vida de Rupaul, desde sus inicios en los años 80.Pero lo valiente de RPDR es que trasciende el mero talent-show al uso. Poco a poco está consiguiendo hacer mucho por la tolerancia a la diversidad dentro de colectivo gay. Derriba prejuicios plumofóbicos y transfóbicos. Dignifica el derecho a ser como seas y a vivir de acuerdo a ello, subrayándolo y haciendo una ventaja de lo que siempre ha sido una piedra en el zapato. Quizás abuse en ocasiones del sentimentalismo en aras del espectáculo, sí, pero casi siempre los temas espinosos se tratan desde el respeto o desde el humor cómplice, cosa que es de agradecer. Por suerte, por lo fresco y en forma que sigue estando, parece que seguirá haciendo esta labor una cuantas temporadas más.
‘Rupaul’s Drag Race’ se emite todos los viernes en VH1. En este vídeo podéis ver la presentación de todas las drags de esta edición, Gaga incluida.