El anuncio está protagonizado por Arturo Hernández, «batería de Juventud Juché por la noche, persona por el día», que habla de los «momentos inolvidables» que le ha brindado la industria de la música («he reído, he llorado, he sufrido; el arte es un sufrimiento constante y yo soy un artista») y comparte una confesión inesperada: «a veces me gustaría hacer música lenta y triste pero nunca se lo he dicho a mis compañeros». Ya se sabe que Juventud Juché tira más por un post-punk más bien brutal en el sentido literal de la palabra.
A continuación aparecen en pantalla las ensaimadas y «café con latte» típicos de Palma de Mallorca y el anuncio se convierte en una extraña promoción turística de la ciudad que tiene algo de gracioso y algo de perturbador. Pero sobre todo, lo que demuestra este anuncio es el buen sentido del humor de Juventud Juché. Ya podrían hacerse más promos así de curiosas.