«Espectacular videoclip para ‘HUMBLE.’ de Kendrick Lamar, icónico desde el primer día, no tanto la canción, un ejercicio de hip-hop ligero que poca superioridad puede presumir frente a trabajos pasados de Lamar (recuerdo ‘Bitch Don’t Kill My Vibe’ y no hay color) o ajenos. ¿Hemos llegado al punto en que todo lo que saca Lamar nos tiene que parecer la bomba? Al margen de lo insípido de su gancho «sit down, be humble», la «humildad» irónica de la letra de ‘HUMBLE.’ ni siquiera tiene gracia y sus pasajes anti-Photoshop, menos. ¿Dónde está Azealia Banks cuando se la necesita? Ah, ya…» Jordi Bardají
«Kendrick Lamar ha explicado que ‘Album’ será un disco más inmediato y contemporáneo que ‘To Pimp A Butterfly’, y ‘HUMBLE.’ es la primera prueba. Su autoritario «siéntate, sé humilde», sobre ese piano solemne y oscuro (minimalista y contundente trabajo de Mike WiLL Made It), ya es uno de los grandes momentos del pop de 2017, un gancho rotundo. Es cierto que esta vez (al menos fuera del contexto del disco) su letra de autoendiosamiento no presenta el calado que se le exige y presupone, pero también certifica que Lamar y su flow levitan varios palmos por encima de cualquier rapero actual». Raúl Guillén
«Comparada con la sofisticación soul de los descartes de ‘Untitled Unmastered’, el barroquismo de ‘To Pimp a Butterfly’ y la densísima atmósfera de ‘The Heart Part 4’, ‘HUMBLE.’ parece hasta excesivamente fácil: rimas machaconas sobre un riff de piano más machacón aún. La letra… ¿insta a los demás a ser humildes ante el talento de Kendrick? ¿O es una llamada a la humildad en general? El hecho de que salga vestido de Papa en el vídeo hace pensar en la primera opción. Pero hay líneas como “Estoy tan harto de Photoshop (…), enséñame algo natural como un culo con estrías” que la elevan también a protesta contra la vanidad y el exceso. Su simplicidad es pues más aparente que real, porque ‘HUMBLE.’ es otra carga de profundidad, directa, efectiva y muy pegadiza». Mireia Pería
.«‘To Pimp a Butterfly’ fue uno de los discos imprescindibles de 2015, con una importancia no solo en lo musical, sino también en su contexto sociopolítico: Kendrick Lamar trasladó con maestría a su disco el clasismo y el racismo (no superado) y sus implicaciones más invisibles, aquellas que hacen que muchos niños parezcan tener el futuro escrito según su color de piel y su barrio. Las expectativas son bastante altas con respecto a su siguiente disco de estudio, y de momento parece que podemos seguir teniéndolas: en ‘Humble.’ y su (pedazo de) vídeo, Lamar parodia el egocentrismo y la opulencia a la que llegan muchos de sus compañeros cuando tienen éxito, y les empuja a tener los pies en el suelo sin dejar de luchar por sus derechos, aprovechando también para lanzar críticas a la sociedad de consumo rápido y de postureo, quizás de forma simplona en alguna ocasión (el momento culos naturales da para debate). Es verdad que el toque jazzy, el sonido más sofisticado de ‘To Pimp a Butterfly’, no lo encontramos aquí, pero tampoco pegaría para la fuerza de un «sit down, be humble» que, por si fuera poco, se pega que da gusto». Pablo N. Tocino.