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Noruega, clasificada para la final de Eurovisión… Croacia y Rumanía también

Los países clasificados de la segunda semifinal de Eurovisión para la Gran Final del sábado son Bulgaria, Bielorrusia, Croacia, Hungría, Dinamarca, Israel, Rumanía, Noruega, Países Bajos y Austria.

Bulgaria, que estaba entre los favoritos, ha sido el primer anunciado. El pseudo-emo Kristian Kostov, de 17 años, ha utilizado el montaje para tirar de un par de recursos sobrantes del ‘Heroes’ que daba la victoria a Suecia hace unos años. También es buena noticia la clasificación de Noruega, el único país que ha querido tirar de algo medio moderno, aprovechando su curtida escena de dj’s (el representante es el DJ y productor y no el intérprete, y eso que la música es en playback, todo muy metafórico). Bravo por el recurso en las adulteraciones vocales.

En contra de lo que se podía esperar, el dúo folk de Bielorrusia ha hecho una interpretación muy dinámica de su tema, y las hermanas de Países Bajos también han ofrecido una actuación sencilla pero muy visual que más que a The Corrs nos ha retrotraído al final a los tiempos de Wilson Phillips.

Peor noticia es la clasificación de la irritante Rumanía, esperpéntica en su yodelling y en esos cañones sobre las tablas; y Croacia, algo así como meter los 12 signos del zodíaco dentro de una misma persona y dejar que cada una desprenda lo peor de sí misma. Tampoco convence la clasificación de Hungría, de tintes hip-hop y folclóricos, pero sobre todo, algo machista. No obstante, las 3 serán actuaciones que no pasarán desapercibidas el sábado.

Igualmente se ha clasificado la sencilla pero efectista presentación de Austria (y eso que el muchacho ha estado flojo de voz), la mona canción de Dinamarca, y el representante israelí, que se ha metido al público en el bolsillo enseguida gracias a su «presencia escénica».

Entre las eliminadas, una pena que no haya pasado el tema medio moderno de Serbia que abría la noche; Macedonia, con una canción de pop a lo Tove Lo que tenía un puente bastante Lana del Rey; la agradable canción de Suiza, país sin aliados; y por supuesto Valentina, de San Marino, que ha batido el récord de participaciones en Eurovisión (4 en 6 años, ¡hasta 2018!).

Más esperable y poco lamentable era la eliminación de Irlanda, cuya mayor imaginación ha sido introducir un globo en una canción sobre volar; la aburridísima balada de Malta; la cantante lituana, que no ha podido llegar donde sí llegarán sus uñas; y el horroroso montaje de Estonia, desencuentros filmados con una torpeza que ni la Madonna que dirige DVD’s de conciertos.

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Publicado por
Sebas E. Alonso
Tags: eurovisión