Te damos cinco razones para entrar a ver ‘Déjame salir’:
1. El prólogo. Aunque quizá proporciona demasiadas pistas sobre lo que ocurrirá después, lo cierto es que el plano secuencia con el que arranca la película es fabuloso. Por cómo está rodado, por la inquietud que consigue transmitir, por su perspicaz discurso (un hombre negro con miedo a caminar de noche en una zona residencial blanca) y por el diálogo que establece con otros célebres prólogos de películas de terror recientes: ‘It Follows
’ y ‘No respires’.2. La inteligente y muy sorprendente mezcla de referentes. Desde comedias costumbristas como ‘Adivina quien viene esta noche’ o ‘Los padres de ella’, a temas y personajes clásicos del género de terror como el mesmerismo, los zombis de tradición haitiana, el mad doctor, el encierro como premisa argumental o las comunidades raritas tipo ‘La semilla del diablo’. Una mezcla muy heterogénea que funciona como el reloj de un hipnotizador.
3. Más giros de guión, menos golpes de efecto. Sin desvelar nada, las argucias del libreto (firmado por el propio director) son constantes, inesperadas y muy, muy ingeniosas. Aunque alguna resulta algo forzada (esas fotos tan oportunamente dispuestas), la mayoría son para aplaudir en el cine subido a la butaca. Cada desvío argumental que toma Peele vale por cien sustos de James Wan.
4. Esto también es cine social. ‘Déjame salir’ nos recuerda que el cine de terror es un género privilegiado para detectar y dar forma (monstruosa) a las tensiones políticas y sociales que subyacen más o menos latentes bajo nuestra realidad. La potencia satírica de la película de Peele es apabullante. El director ironiza sobre los conflictos raciales y la hipocresía liberal con la misma saña con la que Jason apuñala jóvenes promiscuos. La frase legitimadora “habría votado a Obama una tercera vez” seguirá retumbando mucho tiempo en los cines donde se proyecte.
5. ¿Una cucharilla como recurso terrorífico? No digo más. 8,5.