«La gente no sabe mucho sobre Hank», ha escrito William en un comunicado. «Algunos saben que fue bebé Oscar en ‘Cazafantasmas II’ o el sobrino de John Denver. Lo que la gente no sabe de Hank es que sufría un trastorno esquizoafectivo. Se trata de una enfermedad mental crónica que es una combinación de desorden bipolar y esquizofrenia. Experimentaba alucinaciones, delirios, depresiones y manía. Es una enfermedad mental muy grave que normalmente requiere tratamiento de por vida. No está bien investigada, así que el tratamiento se basa en los tratamientos de esquizofrenia y trastorno bipolar».
«Si conocisteis a Hank antes de su diagnosis conocisteis a un chico alegre, sano, ingenioso, amable, activo y dispuesto siempre a dar la cara por la gente. La medicación alivió sus paranoias pero no paró sus voces. Los efectos secundarios de la medicación le pasaron factura a Hank. Se sentía como un zombi, perdió su personalidad, ganó peso muy rápido y dormía doce horas en un día. A veces tenía que emplear toda su fuerza de voluntad para levantar su mano y beber un vaso de agua».
William concluye en su comunicado siempre recordará a su hermano como «mi mejor amigo, mi compañero, mi hermano y la persona más valiente que jamás haya conocido».