«Pocos artistas son capaces de sorprender disco tras disco, reinventando su sonido por completo a cada paso que dan, alejándose de mil y una maneras del sonido con el que los conocimos en su debut. Mientras algunos se aferran ad eternum a su sonido primigenio, otros evolucionan abriendo el debate de si su última canción es la mejor de toda su carrera. Después de ‘De momento abril’, La Bien Querida ha abierto este debate una y otra vez, con ‘Hoy’, con ‘Arenas movedizas’, con ‘A veces ni eso’, con ‘Poderes extraños’, con ‘Muero de amor’… y ahora con ‘7 días juntos’. La canción y el vídeo de Juanma Carrillo, dignos de un segundo a segundo, conjugan algunos de sus rasgos más identificativos (su tono aparentemente indiferente, sus características letras costumbristas, a estas alturas también los teclados) con un atractivo nuevo sonido entre la cumbia -por ritmo- y el dub -por ese bajo juguetón y hundidísimo-, aunque aquí lo mejor es el desarrollo de la historia, casi una película. La de la frustración de que «alguien que no te deja de mirar» pase al cabo de unos días de ti, hasta que años después se produce un encuentro casual, en el que él (Joan Miquel Oliver casi a modo de sample como en las superproducciones americanas, un actor mucho más atractivo en el vídeo) no deja de mostrarse conquistador, esquivo, sexy, subido en un «avión de papel» que, tras golpearte varias veces en toda la cara, 4 veces para ser exactos, no para de volar, libre, inasible, entre Burundi, Marruecos, Norteamérica, largo etcétera. «Siempre serás, o no serás, serás mi estrella», vacila él, indeciso. «Creo que te deseo desde que te vi», sigue siendo el lema de ella». Sebas E. Alonso.
«Querría que ‘7 días juntos’ me gustara muchísimo, locamente. A mi alrededor sólo encuentro entusiasmo desmedido; hasta mis compañeros de oficina flipan con la canción, aunque antes no fueran fans de La Bien Querida. Y es que está realmente bien. La producción “latina” y sin complejos de David Rodríguez otorga aún más fulgor a una Ana triunfalmente sensual (esos “y yo, y yo, y yo” derriten témpanos). Pero , ¡ay! Por más que lo intento, sólo consigo que me despierte un sentimiento tibio. Eso sí, confieso que Joan Miquel Oliver cantando en castellano con ese acentazo me pone bastante burra.
PS: Sin embargo ‘Dinamita’ sí que me emociona de verdad; pop melancólico y sentimental del que hace pupa, entre Los Planetas y los Fangoria de ‘Una temporada en el infierno’». Mireia Pería.
«¿Qué puede decirse de una canción que se hace memorable desde la primera vez que la escuchas (y, en este caso, ves: ¿alguien puede resistirse a hacer ese paso de levantar las manos desde los hombros cuando Ana dice lo de «y yo, y yo»?)? Pues eso, que el acercamiento a la cumbia de La Bien Querida –acusarla de apropiacionismo me parece el colmo– es memorable de principio a fin –recalco lo de fin, porque la coda de Joan Miquel Oliver me parece un giro brutal–, con toda seguridad una de las canciones que más escucharé este año. Bravo». Raúl Guillén
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