Sus dos primeros álbumes establecieron ese sonido con melodías -pues sí- celestiales, y guitarras tintineantes para alegría de fans del twee pop de todo el mundo, y con sus reconocibles letras sobre chicos y romances que la crítica inglesa (el Melody Maker especialmente) ridiculizaba en su mayor parte, con un sesgo machista que hoy en día resultaría escandaloso.
En 1992 ocurrió algo fascinante en la trayectoria de Heavenly: el sello norteamericano K (fundado por Calvin Johnson de los Beat Happening) publicó la edición americana de ‘Le jardin de Heavenly’ y les llevó allí a tocar. El grupo se encontró con una escena underground muy influida por el naciente movimiento Riot Grrrl que les recibió con mente abierta y las incluyó de alguna manera en el mismo espíritu. Además de lo refrescante de actuar frente a un público en el que no había el típico gracioso tratando de ridiculizar su enfoque naïf, Heavenly realmente se contagió de muchas de las ideas que había detrás de todo aquello, y no tardaron en reflejarlo en sus dos siguientes singles de 1993: ‘Atta Girl’ y ‘P.U.N.K. Girl’.
Volvieron al Reino Unido con otra actitud y hasta un medio anteriormente hostil como el NME escogió ‘Atta Girl’ como single de la semana. En el libro ‘Popkiss: the Life and Afterlife of Sarah Records’ Amelia Fletcher declara que “cuando hicimos esos discos los concebimos absolutamente como algo que formaba parte de lo que gente como Bikini Kill o Huggy Bear estaban haciendo, algo más directo y más atrevido”. Robert Pursey (bajista): “las letras de Heavenly cambiaron de forma bastante dramática, y fuimos más claramente influenciados por otros grupos que eran mucho más abiertamente feministas”.
‘Atta Girl’ es el más brillante de los dos sencillos, una canción espléndida en su forma (emotiva melodía, brillantísimas guitarras, ritmo baggy) y en su fondo (letra de ácida rebelión ante el control de una pareja). Musicalmente es tan irresistible que Heavenly rompieron su regla de concisión pop extendiéndose en una gloriosa introducción de instrumental de más de un minuto:
Estructuralmente es también una canción audaz e inusual: en una especie de diálogo interior superpuesto en la cabeza de la protagonista, la teclista Cathy Rogers canta una melodía con la parte de su mente que duda y quiere dar otra oportunidad (“oh no, vuelve por favor o me moriré / ¿quieres hacer llorar a una chica? (…) me sigues tratando como a una puta idiota / pero te quiero demasiado”) mientras que Amelia canta por encima la melodía con la parte de su mente que quiere romper con el control y ser libre: “¿Cómo pude pensar que merecías tanto de mí? / No te necesito a ti ni a tu actitud / ¿puedes olvidar que una vez nos conocimos? /Porque no soy tuya ni nunca lo seré, me has enseñado cómo eres realmente… / Que te jodan, ni hablar / no tengo nada que explicar”. Esa parte de la letra coincide con un explosivo final de estribillo que acaba de redondear una canción de por sí magistral.
Heavenly seguirían haciendo melodías memorables de pop con la elegante relajación de quien no persigue el éxito hasta 1997, cuando falleció Mathew Fletcher (hermano de Amelia y batería del grupo). Poco después se reagruparían como Marine Research, Tender Trap y más recientemente como The Catenary Wires.
‘Atta Girl’ suena en el nuevo Popcasting de Jaime Cristóbal, ya disponible en este enlace.