Brooks -además de haber sido guitarrista de los fenomenales Martha and the Muffins- venía de colaborar con Brian Eno y Daniel Lanois. Su gran innovación, la “guitarra infinita”, la aprovecharían con muy buenos frutos esos dos ex-colaboradores cuando produjeron el ‘Joshua Tree’, y en parte define también el sonido de ‘Miss America’. Una producción de grandes espacios y convivencia entre sonidos orgánicos tradicionales (guitarras “pedal steel” y acústicas) y otros más ochenteros y arty (Yamahas DX7 y bajos de cinco cuerdas), un híbrido que en su momento causaba quizá cierta extrañeza pero que en realidad le da al disco mucha de su singularidad. La mayor parte de la cual recae, por otra parte, en las bellísimas canciones compuestas y cantadas por O’Hara, en una especie de renacimiento y actualización de la delicadeza cristalina de Patsy Cline.
Maravillas como la que abre el disco, ‘To Cry About’, podrían muy bien ocupar este espacio, pero hoy traemos a este espacio la hermosísima ‘Dear Darling’:
Una canción que es una romántica petición, una persuasión tan suave y trémula como el ritmo de vals que la sostiene: “¿Por qué correr? / Algo tan bello debe llamarse amor / ¿Por qué marcharte y darme razones para llorar? / Algo tan bello quizá nunca muera”.
Etéreo es la palabra, sin duda: cuatro simples instrumentos acariciados más que tocados, y la voz de Mary Margaret adornada con leves destellos de reverb, con un rango de matices que van del casi susurro a un contenido vibrato que tanto recuerda a Cline o a Kitty Wells. Y una atmósfera que vive en sí misma, como encerrada en su propia bola de cristal.
Lo cual es un poco un reflejo de la personalidad de O’Hara: su visión artística, clara e intransigente (dicho en el mejor de los sentidos), la misma que llevó a dilatar tanto la salida de ‘Miss America’, es la que ha hecho que su carrera haya sido todo menos convencional. Tras ese álbum no volvió a publicar nada en una década, aparte de un delicado EP de canciones navideñas y algunas versiones en discos de tributo. Simultáneamente su número de admiradores aumentaba, especialmente entre otros artistas: Michael Stipe la declaró “tesoro nacional”, gente como The Cowboy Junkies o los Walkabouts grabaron versiones suyas, y hasta Morrissey la invitó a grabar la segunda voz de ‘November Spawned a Monster’.
En 2001 compuso la banda sonora de ‘Apartment Hunting’, algo parecido a un segundo disco, pero que no tenía mucho que ver con la magia extraña de ‘Miss America’. Sin embargo, sus apariciones en directo casi anuales y una canción nueva hace tres años hacen que no perdamos la esperanza de escuchar un nuevo álbum suyo alguna vez.
Mary Margaret O’Hara suena en el nuevo Popcasting de Jaime Cristóbal, ya disponible en este enlace.