La jornada inicial del jueves brilló con un buen nivel artístico, aunque la organización se enfrentó a problemas con el suministro eléctrico, que hicieron que ese día no pudiera abrir la Mira Dome y que las exposiciones fueran a medio gas. Mi primera parada fue en el 3D Sound Room by Son Estrella Galicia, en que Ralp presentó durante los tres días de festival su composición ‘Multiparity’, en que sonidos generados de manera algorítmica se combinaba con las luces. El efecto fue sugestivo; entre los aires de BSO de John Carpenter y los juegos de luz, bien parecía que te sumergieras en un oscuro film ciberpunk de los ochenta. En la Main Room las actuaciones en directo se inauguraron con ‘Vessels’, de Darío Alva (visuales) y Diego Navarro (música). Tras un momento de zozobra inicial (las imágenes no se reproducían), el show se pudo mostrar completo. La música de naturaleza umbrosa se combinaba con audiovisuales de biología fantástica; una especie de teoría de la evolución alternativa, con dinosaurios, selvas exuberantes y hadas. El dúo norteamericano Visible Cloaks mezcló lo analógico (xilófono) con su electrónica de reminiscencias asiáticas y arcanas, a lo que sumaron unos audiovisuales abstractos y demodés. Gracias a esto, se situaron en un espacio-tiempo anacrónico que invitó a la reflexión y a la calma. Aunque lo mejor de la noche fueron patten, otro dúo amparado por Warp que guarda celosamente su identidad –no esconden sus rostros, pero sí sus nombres (responden simplemente a las iniciales A y D)–. Su actuación vino acompañada de los lásers y proyecciones del colectivo 555-5555 y el resultado fue bastante impactante. El apocalipsis frío y controlado de su música se conjugó con lásers caprichosos. Su breakbeat noventero y amenazante, los graves retumbantes, contrastaban con la dulzura y amabilidad de las imágenes proyectadas. Hubo un breve oasis de calma urbana y nocturna, pero remataron con furia glacial a ritmo de ametralladora.
Pero el concierto más esperado del festival por una servidora fue el de James Holden & The Animal Spirits, porque el reciente ‘The Animal Spirits‘ me tiene hechizada. Un batería, un percusionista, un saxo y un cornetista arropaban a James. Parecía imposible que saliera mal. Los músicos están en la sombra, James presidiéndoles desde su mesa. El protagonismo parecía tenerlo la pantalla, pero no; lo retuvo todo el rato la música. Una mezcla mágica de jazz, electrónica, BSO, etc. ‘The Neverending’ la recrearon de manera más progresiva, era emocionante escuchar los vientos en directo. Y luego ‘Thunder Moon Gathering’ fue arrebatadora, gracias al juego de los vientos y la batería. Vientos que molaron hasta cuando no tocaban: los dos músicos se sentaban y seguían las evoluciones de James meneando la cabeza al ritmo, mientras se marcaba un diálogo fenomenal con el batería. James se despidió feliz como un niño. Fantástico.
Como Kelly Lee Owens perdió la maleta, no pudo ofrecer su esperado show en el 3D Sound Room by Son Estrella Galicia y a cambio nos ofreció una sesión de DJ. Bajo su capucha plateada, empezó con ‘All Is Full of Love’ de Björk, o sea que no podía ir nada mal. Después fueron cayendo John Talabot, Tiga… Una sesión muy divertida y sin pretensiones, sólo la de hacernos bailar y pasar un buen rato. Pero para buen rato, el que nos ofreció µ-Ziq (Mike Paradinas). Se juntó codo con codo (literal) con la VJ Florence To para ofrecer un espectáculo que puso patas arriba al personal. Nos desgranó su próximo disco –aún en producción– con trazos de house-breakbeat-trance acompañado por unos audiovisuales en blanco y negro sencillos pero terriblemente efectivos. Puro gozo.