World Party llevaban existiendo desde 1986, y Karl Wallinger tampoco salía de la nada: durante unos años fue miembro de The Waterboys, y de su contribución a la banda salieron maravillas como la inmortal ‘The Whole of the Moon’, un ejemplo perfecto de su transición estilística de mediados de la década. Junto a sus aportaciones más contemporáneas a la canción (usar una caja de ritmos y sintetizadores, influenciado por su amor hacia –sorpresa– Prince) había a la vez guiños a ese pasado musical que pronto abrazaría al cien por cien: un coro plagiado directamente de ‘Fame’ de Bowie o ese “break” de trompeta que es puro ‘Penny Lane’.
Para 1986 ya lucía psicodélicas gafas tintadas circulares en la portada de su debut ‘Private Revolution’ adelantándose a Kravitz varios años. Una estética (con sus características camisas estampadas y abrigos de piel) que seguramente provenía del propio Prince, que a su vez había copiado en su fase con The Revolution del look de las bandas del fascinante movimiento musical californiano Paisley Underground (del que hablaremos otro día). Sin embargo el sonido del disco se quedaba a medias en su retro-emulación. Sería ya en 1990, con ‘Goodbye Jumbo’ cuando llegaría la reconversión total: ecos de Lennon, Sly Stone o Todd Rundgren que deleitaban como vehículo de enormes melodías. El disco se llevó un Grammy y apareció en muchas listas de lo mejor del año, confirmando que toda esa moda neo-retro del 89-90 (completada por ‘Sowing the Seeds of Love’ de los Tears for Fears o el debut de los Black Crowes) parecía haber llegado para quedarse. Al componente sonoro se añadía una inequívoca intención, además, en la estética de los vídeos, como en éste de puro look Super 8
que se vio recurrentemente aquel año en canales satélite como Super Channel.Tres años tardó Karl Wallinger en grabar el disco siguiente (‘Bang!’), para algunos la cumbre de sus planteamientos artísticos. Su único single fue esta extraordinaria canción titulada ‘Is It Like Today?’: en la letra, ecos del rumbo errático de la historia de la humanidad, con el protagonista arqueando desconfiado la ceja ante cada cambio social, motivado por “fe, poder o razón”, ya que “la sangre tiene el mismo aspecto cuando abres la vena”. Al final, la humanidad abandona el planeta y flota a la deriva en el espacio. Una interesante y reflexiva viñeta que venía envuelta en una de las más memorables melodías de los primeros 90:
La canción empieza con un detalle muy significativo, la cinta analógica empieza a andar con la canción ya semiempezada… una especie de prueba auditiva del soporte utilizado (recordemos que Wallinger declaraba en entrevistas de la época cosas como “sólo creo en el poder del estudio de veinticuatro canales”). Al partir de ahí, producción exquisitamente clásica, armonías tan Beatles que casi suenan a la Electric Light Orchestra, y un piano que recuerda a los Kinks más melancólicos, y que en algunos momentos se sale por una deliciosa tangente entre psicodélica y espacial.
No tardarían en coger el testigo -o parte de él- sus compatriotas del Britpop naciente… en 1993 precisamente se publicaron ‘Modern Life Is Rubbish’ de Blur o el debut de Suede, y en un par de años habría docenas de grupos encantadas de reivindicar el pop de los 60, en algunos casos con millones de seguidores. Paralelamente, el mundo del alt-country abrazaba al otro lado del Atlántico parecidos planteamientos de regreso a la sencillez orgánica en las grabaciones, que arrastraría en parte a artistas de pop y rock y acabaría derivando en algo tan clásico (tan retro) como el sonido Americana. Como hemos visto, una evolución cuyas semillas se habían estado gestando desde mediados de los 80.
‘Is It Like Today?’ suena en el último Popcasting de Jaime Cristóbal, ya disponible en este enlace.