Las historias incluyen a un grupo de cuatro chicas de 16 o 17 años que se encontró con que en el programa de un festival se las describía como «no solo son guapas sino que además saben tocar». «So hold your dick, guys» terminaba aquella nota, mientras otros casos incluyen el acoso sexual más descarnado del director de una compañía discográfica a una becaria de 17 años frente a toda la oficina y algunas testigos narran casos de violación. «Cuando un músico competente te viola, pierdes a un montón de amigos. «Lo que hizo está mal, pero es una parte de la industria musical y no queremos perderle. Esperemos que lo entiendas y lo respetes». Esto es un ejemplo de lo que los amigos dicen cuando les he dicho lo que ha pasado», dice una de las mujeres.
Otra recuerda que, trabajando en un estudio musical de Londres, al intentar volver a Suecia para buscar un empleo similar, se encontró con que se rieron de ella por teléfono y le preguntaron si chupaba pollas. «Si te gusta chupar pollas, tenemos un trabajo para ti», indicó un productor.