Y es que el arreglo vocal que había planteado el director musical de la Academia, Manu Güix, ya rechinaba en los primeros ensayos: mientras que Los Javis apostaban por buscar una proyección social de la canción, el compositor apostaba por unas armonías vocales dignas de misa de 12 que, como decía mi compañero Sebas E. Alonso, parecían más propios de ‘Amo a Laura’, aquel forzosamente mojigato jingle que el mismo Guille Milkyway compusiera años atrás. Esto, sumado a una coreografía de actuación de fin de curso reproducida torpemente en casi todos los casos y cierta tendencia al griterío incontrolado –especialmente entre las chicas–, acabaron por tirarnos al suelo los palos del sombrajo. Es estupendo que se dé tanta visibilidad a un pop distinto al habitual en estos talent-shows, pero eso no quita que diera vergüencica ajena.
En cuanto al resto de la gala, destacaron las actuaciones de Raoul, interpretando de manera algo trabada pero muy creíble y sentida ‘Million Reasons’ de Lady Gaga, y Amaia –cómo no– con Roi, que hicieron totalmente en directo ‘Shape of You’ de Ed Sheeran, una de las canciones del año. Alfred, por su esforzada interpretación vocal y coreográfica de ‘El mismo sol’ de Álvaro Soler, fue el favorito del público, mientras que los nominados para la próxima gala fueron Ricky (interpretó ‘Time of My Life’, el tema principal de ‘Dirty Dancing’ con Nerea) y Cepeda (que cantó ‘Estoy hecho de pedacitos de ti’ de Antonio Orozco con Miriam). El programa, además, confirmó la tendencia alcista de su audiencia, que crece semana a semana y ya no queda tan lejos del líder de la noche, la casi siempre intratable serie de humor ‘La que se avecina’.