Entre ellas hoy destacamos la intimista ‘Amiga’, no porque sea la mejor sino porque es la más singular. Acostumbrados como estamos a que el pop intimista se refiera al amor conyugal o como mucho hacia un hijo o hija, es una gozada escuchar una canción tan sentida sobre una amiga a la que hemos perdido. Solo un teclado y la voz de Miren nos sumergen en este reencuentro con el pasado lleno de cotianeidad, recordando por ejemplo al «camarero aquel, tan guapo» que se interpuso entre ellas. Fue quien les sirvió «el primer mal trago de sus vidas» dándoles un primer «amago de adultez». «Cada vez que le veo me acuerdo de aquel verano / él tiene dos hijos / y nosotras apenas hablamos», concluye, triste.
La propia Miren nos habla de esta canción en una entrevista que publicaremos este mes: «Esta canción la hice en Hondarribia, en unos días muy lluviosos. En una especie de alto salieron ‘Amiga’ y ‘Atalaya’ (el single). Nació como de una improvisación: me grababa a la vez que tocaba diciendo lo que se me iba ocurriendo. Acababa una pista y hacía otra con la voz, igual coincidiendo las palabras, pero a lo mejor no. La idea inicial era hacer una especie de canon-río y dejarlo todo como deshilachado. Pero al final la letra se fue fijando sola aunque dejé la idea de grabar con una base abierta, en una estructura irregular. (La letra) era como un mensaje, una carta. Y hay muchas amigas metidas ahí, hay muchas historias. Unas son reales y otras no, hay mucho contenido diferente».