La noticia en cualquier caso no sorprendería a casi nadie tras observar la situación del mercado. La tienda digital de iTunes ha sido poco menos que un adorno en mercados como España o Japón, mientras en mercados clave como Estados Unidos o Reino Unido, y pese al éxito de lanzamientos aislados como los de Taylor Swift o Drake, se ha visto profundamente afectada por el asentamiento del streaming. Solo en los seis primeros meses del año, la descarga de pistas de iTunes USA ha bajado un 24% y la de discos completos un 20%. Se espera que el descenso sea del 30% en 2018 y nadie imagina a un gigante como Apple manteniendo un servicio en profunda decadencia porque sí.
Apple, que acaba de comprarse Shazam y anuncia «planes emocionantes» al respecto, se concentraría en seguir desarrollando su modelo de streaming Apple Music, que acaba de rebasar los 30 millones de suscriptores, por los 60 millones de Spotify en Estados Unidos (140 si contamos los que no son premium, Apple Music no tiene modelo gratuito).
Cabe preguntarse quién cogería el testigo para beneficiarse de esas copias digitales que en el caso excepcional de Swift, Adele, Beyoncé, Post Malone o Drake sí se continúan contando por millones.