Como ya sucedió con Audioslave (donde el desaparecido Chris Cornell completó el cuarteto), este nuevo supergrupo está formado por todos los integrantes de RATM menos Zack de la Rocha, esta vez junto a DJ Lord y Chuck D de Public Enemy y a B-Real de Cypress Hill. La idea, desde luego, parecía brillante y muy lógica, tirando de grandes figuras del political hip-hop; pero el resultado decepciona por lo poco que aporta a una estética que no se ha desligado del metal rap de los 90. De hecho, nos vemos forzados a añorar la agilidad y el ardor vocal de De la Rocha, ya que ninguna de las tres voces (tal vez un poco la de B-Real) logra conectar del todo con la contundencia y la exigencia de intensidad y brío de la base instrumental.
En general funciona mejor el discurso que la forma en la que lo expresan. Un mensaje claro y casi internacionalista dirigido a la masa proletaria, al obrero, al de abajo frente al de arriba: “uníos, que ni el poder y ni el capital os dividan”. El mejor ejemplo lo encontramos en ‘Unfuck The World’, una de las piezas más vibrantes y más acertadamente vertebradas del álbum, con versos como “One Nation / Unification” o “Hatred lies divided people”. Pero también en una muy sólida ‘Hail To The Chief’ (“Devising words to divide us / Fear in the heart of the millions / One percent with their billions”), en ‘Strength In Numbers’ (“Stand together / Because there’s strength in numbers”) y en ‘Hands Up’ (“See I come from nothin’, and my hands are calloused / While the one percent, stay tippin’ the balance”), donde se pone en valor que los desfavorecidos somos mayoría.
Es un llamamiento al despertar de la conciencia, porque de lo contrario, si no reaccionamos y no nos posicionamos, seremos parte del problema. Así lo expresan en ‘Radical Eyes’ (“Now you’re part of the tricks, you’ve been distracted again / You fell asleep when you woke up for the fight for the win”) o en ‘Who Owns Who’. El control gubernamental (con drones y redes sociales), la carta blanca del capitalismo, los privilegios de los pocos y, sobre todo, la pobreza de los muchos, siguen en el punto de mira crítico de Tom Morello y compañía, cuya materialización más atractiva bien podría ser ‘Living On The 110’, un ejemplo perfecto de la grotesca desigualdad económica de nuestros días. En lo musical, salvo por una ‘Take Me Higher’ que recuerda a los primeros Red Hot Chili Peppers, la sombra de Rage Against the Machine resulta demasiado alargada. Lo cierto es que siguen siendo el 75% de aquella misma formación, pero es que nunca un 25% influyó tanto. ¡Vuelve, Zack!
Prophets of Rage están hoy entre los confirmados de Resurrection Fest, que se celebra en julio de 2018 en Galicia.
Calificación: 6,2/10
Lo mejor: ‘Living On The 110’, ‘Unfuck The World’, ‘Strength In Numbers’ y ‘Hail To The Chief’.
Te gustará si te gustan: Rage Against the Machine, Audioslave, la versión más rockera de Public Enemy, Cypress Hill o Beastie Boys y los fundamentos del rap rock.
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