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Tres novelas gráficas que regalar(te) por Reyes

Tillie Walden / Piruetas

Con tan solo 22 años, la ilustradora norteamericana Tillie Walden, ganadora de dos premios Ignatz, ha dejado claro con ‘Piruetas’ que estamos ante una de las mejores novelas gráficas de 2017. Estamos ante un trabajo autobiográfico de dibujos sencillos, en tonos lilas con amarillos en momentos puntuales, diálogos cortos y certeros, una composición de viñetas por página confortable y un trazado de líneas que hace que sus 400 páginas sean devoradas en un santiamén.

Aunque no tenga interés ni nociones sobre patinaje artístico, el lector de ‘Piruetas’ caerá rendido ante el relato íntimo y personal de Walden sobre sus más de 12 años de formación en la pista de hielo. Un espacio narrativo que su autora aprovecha para desvelar la disciplina férrea en un deporte de competición feminizado hasta la extenuación, hablar de la soledad de su protagonista descubriendo y aceptando su sexualidad, o de la represión que se autoimpone dentro de una sociedad occidental que no deja de ser patriarcal. 8. Disponible en Amazon.

Kazuo Kamimura / El club del divorcio 1

‘El club del divorcio 1’ es otro trabajo fundamental para conocer el papel de la mujer en el mundo actual. En esta ocasión nos situamos en la sociedad oriental, con epicentro en Ginza, uno de los distritos comerciales y de restaurantes más corporativos de Tokio. Kamimura aborda las desventuras de su protagonista Yûko regentando un bar donde trabajan mujeres divorciadas. Un acercamiento, encuadrado a finales de los años 70, al estigma de muchas mujeres tras ser abandonadas en la mayoría de los casos por sus maridos. Yûko -ríanse de la tragedia de Pepa en ‘Mujeres al borde de un ataque de nervios’- tiene que lidiar con una hija, una madre incomprensiva, dirigir el negocio, la debilidad por un barman que ha empleado y con el que tiene cierta tensión sexual, la variedad de clientes y, por si todo esto fuera poco, batallar con su ex pareja.

La muerte prematura de Kazuo Kamimura a causa de un cáncer en 1986 impidió que continuara con su escalada de éxitos sin paliativos. A este díptico que acaba de publicar ECC (segunda entrega en breve), hay que sumar ‘Historias de una geisha’ o su trabajo en ‘Lady Snowblood

’, que influyó brutalmente en Quentin Tarantino para la película ‘Kill Bill’. Maestro del recientemente fallecido Jirô Taniguchi, rompió moldes como mangaka en Japón, por ejemplo al incluir por primera vez entre sus personajes parejas que no eran matrimonio, con el consiguiente escándalo en la época en esta sociedad tan tradicional. 8,5. Disponible en Amazon.

Ángel de la Calle / Pinturas de guerra

La escasa obra gráfica del salmantino Ángel de la Calle (salvo colaboraciones en revistas principalmente, además de ser director de contenidos de la Semana Negra de Gijón o promotor de encuentros), es motivo suficiente para prestar atención a esta segunda publicación que ha tardado en elaborar, gana enteros con la digestión y corre el riesgo injustamente de pasar desapercibida en el balance final del pasado año.

En ‘Pinturas de guerra’, a pesar de esa portada poco atractiva compensada con creces por la extraordinaria edición de Reino de Cordelia, encontramos una autoficción sobre los abusos de poder, la persecución de movimientos culturales por parte de las recientes dictaduras militares de Latinoamérica, y el compromiso político de los artistas que defienden valores éticos y estéticos usando como arma el arte.

La obra está dividida en cuatro partes, la primera desarrollándose en Santiago de Chile y las restantes en París. De la Calle, bajo su alter ego, va dando detalles sobre el apasionante círculo de un grupo de pintores sudamericanos exiliados. A su vez, desgrana aspectos sobre la actriz Jean Seberg, icono de la Nouvelle Vague francesa, y el lector reconocerá personajes históricos reales mezclados con otros de ficción, creándose un caldo de cultivo que llevará curiosamente de la intriga a la reflexión. 8,3. Disponible en Amazon.

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Publicado por
Sr. John