Antes de marcarse una interpretación de ‘Leñador y la Mujer América’ y ‘Con las ganas’ y de regalarles a cada uno una copia de su libro ‘Trabajo, piso, pareja‘, Zahara ha aconsejado a los chicos y chicas de la Academia que peleen por aquello que los hace especiales, porque cada uno de ellos tiene una “personalidad” que los diferencia del resto. En su caso, Zahara asegura que ha tenido que asumir que siempre se equivocará o se pondrá nerviosa en los conciertos, y que en lugar de esconderlo, lo mejor que ha podido hacer ha sido asumirlo y aprovecharlo.
De manera importante, Zahara ha recomendado a los concursantes que recuerden las charlas y consejos que otros artistas les han dado en la Academia para enfrentarse a su profesión, puesto que al ser ya populares, cuando salgan del concurso habrá situaciones típicas de empezar en la industria de la música que no habrán vivido, cosas que “pueden desmoralizar” como “las horas sin dormir, las furgonetas de mierda, los hoteles de cucarratas o el tocar para 15 personas”. También les ha aconsejado que traten bien a cada persona que trabaje en sus conciertos, desde los músicos hasta la persona que vende entradas en la taquilla, porque “cuando estáis solos, sois vosotros, pero cuando estáis en el escenario, para que eso esté funcionando hay mucha gente alrededor”.