Inspirándose tanto en Pixies como en Amy Winehouse, la música de Nilüfer Yanya es un compendio de estilos entre el guitar pop, el rock de los 90 y el jazz, dado cohesión en cualquier caso por una voz dramática y melódica en el estilo de Regina Spektor y Marina and the Diamonds. A menudo, el minimalismo de las composiciones, que a duras penas presentan una guitarra eléctrica y un ritmillo base, crea un espacio sonoro que recuerda a los primeros The xx, y en otras ocasiones, los flirteos jazz-soul de ‘Golden Cage’ emparentan a Yanya con el neo-soul de principios de siglo.
La gran protagonista en la música de Yanya, en cualquier caso, y aparte de su voz autoritaria y hermosa, es su solitaria guitarra eléctrica, tan cruda en ‘Thanks 4 Nothing’ -el single más reciente, publicado el 4 de febrero, también muy The xx- y en ‘The Florist’ que ha llegado a generar comparaciones con King Krule, a quien Yanya también se parece en el plano vocal. ‘Thanks 4 Nothing’ tiene el mismo ritmo que ‘Logos’, aunque suena mucho menos ebria y taciturna, ya que el mensaje necesita ser claro: “esto se ha acabado”. Pero para Yanya, solo acaba de empezar.