De entrada, como decíamos, no pinta mal. Pero el problema viene cuando ese argumento se traslada a imágenes y palabras con una brocha muy gruesa: las escenas de acción se filman con una bisoñez evidente –no me refiero al pelucón de Paz, pero también–, los efectos especiales son poco menos que amateur –la conversación en plena conducción en caravana es de no dar–, las interpretaciones son muy culebroneras –apenas se salva la gran Mercedes Sampietro, impecable en su pequeño pero relevante papel–, el guión tiene lagunas imperdonables y el ritmo decae penosamente, pese a ser un primer episodio felizmente corto, de poco más de 50 minutos.
¿De verdad era necesario complicarse con el asunto de México? ¿De verdad alguien pensó que Benidorm –¡nada menos!– colaría como el D.F.? ¿De verdad hay que sobreexplicar tanto a estas alturas de la vida, cuando tenemos el culo pelado de ver intrincadas tramas en series de toda nacionalidad? [¡OJO! ¡SPOILER!] ¿De verdad a nadie se le ocurrió un título mejor que un auto-spoiler? Quizá el gran problema viene de que el concepto no ha caído en las manos adecuadas para llevarlo a cabo –produce Grupo Ganga, la compañía con la que Imanol Arias produce ‘Cuéntame cómo pasó’–, que se ha llevado a cabo de manera precipitada y descuidada. El proyecto parece malogrado a todos los niveles, comenzando por una Paz Vega muy discreta como protagonista de un thriller dramático –las escenas post-secuestro son para salir corriendo–. No sé si el segundo episodio podría mejorar con la inclusión de algún nuevo personaje (más auto-spoilers) pero, sinceramente, quizá no quede nadie ahí para verlo. 3,5.