Por otro lado, Bad Gyal es protagonista de un pequeño microdocumental producido para RTVE en el que la cantante habla de cómo compone a partir de la improvisación, recuerda que ha trabajado de «panadera, teleoperadora, camarera, canguro, profesora, monitora y limpiadora» y habla con entusiasmo de su descubrimiento del dancehall. Aunque el titular seguramente lo deje cuando habla de feminismo.
Esta es su declaración sobre su derecho a vestir o enseñar cuanto quiere: «Una chavala que va en chandal o no se quiere maquillar me parece estupendo, pero eso no significa que ella sea más auténtica o que tenga más carácter o que sea menos sumisa. Yo enseño el culo y bailo así porque quiero y me hace sentir bien. No pienso que eso sea malo ni que proyecte una imagen de sumisión, ni de que consigo las cosas con eso porque no. Lo hago porque me gusta. Espero que se pueda entender la idea de que puede existir una chavala que le guste hacer eso, porque le gusta a ella misma. No quiero que nadie piense que lo estoy pasando mal (risas) por hacer ciertas cosas. Si alguien piensa que eso es malo para mí, que se esté tranquilo, que yo estoy de puta madre y contenta con lo que hago”.