Televisión

‘Queer Eye’ normaliza otro tipo de masculinidad en su regreso a Netflix

Revelado finalmente que habrá segunda temporada de ‘Queer Eye’ es momento de reseñar una de las series de la temporada, estrenada el pasado 7 de febrero en Netflix. La versión actualizada del reality ‘Queer Eye for the Straight Guy’, que se emitió con éxito entre 2003 y 2007 en la televisión americana, se ha convertido en un fenómeno en internet cada vez más extendido gracias a sus dinámicos capítulos y al carisma de los nuevos Fab 5, estos son, Karamo Brown, Jonathan van Ness, Bobby Berk, Tan France y Antoni Porowski.

Como la serie original, ‘Queer Eye’ está dirigida por David Collins y se centra en cinco hombres homosexuales, cada uno de ellos especializado en un tipo de trabajo, cuyo objetivo es mejorar la vida de un hombre (hetero o gay, esto es una novedad respecto a la serie original, que solo se dedicaba a los heteros) propuesto al programa por algún amigo o familiar. Karamo se dedica a la “cultura”, aunque es, básicamente, el psicólogo del grupo; Jonathan al aseo y cuidado personal; Bobby al diseño de interiores; Tan al estilo personal y Antoni a la cocina. Además, cada uno de ellos tiene una personalidad muy definida y es un verdadero gusto atender al buen rollo, el afecto y la química que reina entre ellos. Los cinco son adorables, entrañables y, sí, fabulosos.

Situada en Georgia, en el sur de Estados Unidos (la serie original tenía lugar en Nueva York), la primera temporada de ‘Queer Eye’ ha sido un éxito por dos razones: en primer lugar, ha resuelto los problemas que afectaban a la serie original, que era su casting rígido y poco inclusivo (los 5 Fab eran todos blancos) y su representación ultra estereotipada del chico gay aficionado a la moda y al aseo personal, siendo uno de los héroes un chico homosexual que, desde luego, no encaja en ese estereotipo. No tiene cabida en ‘Queer Eye’ una representación social anticuada y de hecho la serie busca instalarse lo máximo posible en el contexto social actual tocando temas como el racismo, la homofobia, la depresión y, por supuesto, la masculinidad, abordando cada uno de ellos con la naturalidad con la que Jonathan arregla barbas o Antoni prepara “obras maestras” del minimalismo culinario.

La representación social de ‘Queer Eye’ empieza por los mismos Fab 5 y sus variados orígenes, y es más visible en el hecho de que, por primera vez en la serie, estos personajes pueden hablar de sus maridos e hijos abiertamente y sin ningún problema, al contrario de lo que ocurría en la versión original, tal y como ha contado Collins a IndieWire. Y sigue por supuesto por unos “héroes” que no podrían diferir más entre sí y que, a su vez, encuentran puntos comunes con los propios Fab 5 de manera muy natural, estableciéndose en la serie conexiones de lo más inesperadas, como la de Karamo y Cory, un policía blanco fan de Donald Trump, cuya conversación sobre racismo en el coche da lugar a uno de los momentos más importantes de la temporada.

Si hay un problema social que se ataca en ‘Queer Eye’ esa es la masculinidad patriarcal, que impregna la personalidad y actitud de todos los “héroes” de la primera temporada y es, sin duda, el origen de su fracaso personal. Los 5 Fab transmiten que todos los elementos asociados, de manera retrógrada, a la feminidad (el orden, la higiene, el contacto con las emociones) no solo no son exclusivos de la masculinidad (especialmente la heterosexual) sino importantes para la felicidad humana en general, y la serie busca claramente borrar la línea entre esas dos personalidades resaltando los beneficios de la tolerancia, el respeto y la colaboración mutua entre las personas, apuntando al futuro al que -con suerte- se dirige, poco a poco, la sociedad.

“Nos centraremos en nuestras similitudes y no en nuestras diferencias”, exclama Antoni al principio de la temporada. Ese es el valor de ‘Queer Eye’: la colaboración es el motor que mueve todos los capítulos del reality, más allá de la que se ve a simple vista. Del entendimiento y el cariño mutuo nacen en ‘Queer Eye’ situaciones divertidísimas y emotivas a partes iguales, que es mejor no destrozar a quien no haya visto, pero que conforman una primera temporada plagada de momentos memorables. No se podía quedar en una única temporada y solo podemos celebrar que ya se esté preparando una segunda.

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Publicado por
Jordi Bardají
Tags: queer eye