No han sido una referencia para ella especialmente -aunque las ha escuchado-, pero la fuerza de su voz es una solución para todos aquellos que echamos de menos la canción tradicional de los 70 en la estela de Cecilia y Mari Trini. La líder del proyecto Bambikina me invita a charlar en una especie de «coffee shop» de Chamberí, hablando con enorme ilusión, sencillez y modestia de un proyecto que lo mismo puede interesar a los seguidores de Violeta Parra que Amaral o su admirado Xoel López. Este sábado 28 de abril BambiKina presentan su disco en la Sala Copérnico de Madrid. Las entradas están a la venta en Ticketea. Foto: David Martínez.
Cuéntanos brevemente la historia de tu vida, para quien aún no te conozca.
Llegué a Madrid de un pueblo de Extremadura para estudiar Publicidad y Relaciones Públicas en la Complu, con una guitarra colgada del hombro. Siempre me había gustado componer, ya tenía un puñao de canciones, y empecé a tocar en salitas yo sola con mi guitarra, hasta que la cosa fue a más. Conocí a Santi Martín, mi productor y bajista, que tiene un estudio analógico, y me descubrió un mundo de cintas basf enormes y magnetófonos que no conocía (risas). Grabamos el EP ‘Caravana’ en directo a modo de maqueta, luego fuimos apuntando más hacia lo fronterizo y el rock americano en ‘Referencias’ y hemos ido haciendo caminito tocando en todas las salas de la generación española y en festis. Este disco ‘El pájaro que trajo el fuego’ me identifica más porque en el anterior había canciones que hice con 16 años y en este he encontrado mi sonido.
¿Qué tiene este disco para que te identifiques más?
Tiene canciones que representan mi personalidad, mi manera de cantar y de componer. Tras 3 años tocando con la banda y después de muchas horas en el estudio, he descubierto lo que quiero. Estoy muy orgullosa, guste más o menos, esto es lo que quería hacer. Por ejemplo, empezar con ‘La chamanita’, que es una canción difícil, y cerrar con ‘Paloma negra’ de Chavela, era muy simbólico.
Creo que has hecho un poco de menos a las canciones que hiciste con 16 años. A esa edad muchos grupos de pop es cuando tienen más frescura y después la pierden, pero un cantautor supongo que suele buscar ir mejorando con el tiempo, buscando su «madurez», ¿te ves más cantautora y no te preocupa perder frescura?
Lo primero que hago suelen ser las letras y la música se pone a merced de lo que quiero contar. A medida que voy avanzando, he ido mejorando. Estoy aprendiendo con los años, siempre digo que este disco es mejor porque es el segundo. Me he escuchado más, que es muy importante, y la experiencia es fundamental.
Supongo que si haces primero las letras es porque siempre te ha gustado escribir.
Además de las referencias musicales, por las que siempre te preguntan, las literarias son muy importantes para mí: el realismo mágico, los cuentos de Cortázar, de Juan Rulfo, ‘Cien años de soledad’, que lo leí a los 10 años…
«Me encantan las verdades a medias y fantásticas del realismo mágico, me calaron muy hondo»
¿También leíste a Cortázar y ‘Pedro Páramo’ con 10 años?
Un poquito más mayor. Los cuentos de Cortázar en 2º de Bachillerato, una profesora, Julia, nos los imprimió y me abrieron un mundo. La lectura ha sido muy importante. Me encantan las verdades a medias y fantásticas del realismo mágico, me calaron muy hondo. Tampoco escribo siempre la letra primero. Algunas nacen en paralelo. Unas son naturales y otras son más buscadas. ‘Hola’ surgió como un juego, va sobre una persona mayor, un octogenario, que manda un mensaje a ver si alguien lo recibe, e incluimos walkies en plan sideral. También en este disco hablo en primera persona, mientras que en el disco anterior no eran historias biográficas. Me he complicado menos y el resultado es mejor.
El single es ‘Palomitas de caramelo’, una canción que incluye guitarras más indie, sintes… supongo que también nació desnuda pese a ser un poco «canción-río».
Todas nacen de acústica y voz, las compongo yo y las llevo al estudio. La banda cumple un papel fundamental y por eso hablo de BambiKina en plural. Esta canción sí que va in crescendo, con la parte épica de esos tambores que nos llevan al paredón (risas). También hemos incluido sintes y teclados en este disco, que es algo nuevo.
«Quería hacer el disco más moderno que el anterior, pero no que fuera gratuito. Le hemos dado a cada canción lo que necesitaba»
Hay mucha presencia de los vientos, pero están muy medidos, ¿no?
No hay que abusar. Solo hay una trompeta que a veces se dobla. Soy abanderada de la «complicada sencillez». Quería hacer el disco más moderno que el anterior, pero no que fuera gratuito. Le hemos dado a cada canción lo que necesitaba. Por eso hay una parte más orgánica, con canciones como ‘Trabalenguas’ y ‘Oración’. Y otra con más sintes como ‘Palomitas’ y ‘Hola’, que queríamos que fuera más Bowie, pero meter cosas porque sí no nos va.
¿Qué referencias tienen los músicos? ¿Sí que buscabais algo fronterizo?
Cada músico ha hecho sus arreglos, he delegado para que cada uno hiciera lo que quisiera, aunque Santi y yo orquestábamos todo. Algunos músicos tienen 25 años de experiencia y eso se nota. Nunca les pongo antes la canción, busco qué les sugiere en un primer momento y ese momento de frescura se queda hasta el final. Yo quería que hubiera trompetas en la parte más sudamericana del disco y esos arreglos son de Josué García, que ha venido de gira con nosotros y sabe adónde queremos ir.
El disco también tiene un punto tradicional.
La idea es mezclar lo nuevo con lo viejo. ‘Serrana de la Vera’ es un romance de mi tierra, ‘Trabalenguas’ suena a canción antigua…. Es recuperar lo antiguo, las leyendas de antaño, pero deconstruyéndolo. Me gustó lo que dijiste (en la crítica del disco) de que no te parecía un disco indie, en la discográfica me dijeron que sonaba indie. Está ‘Noche glacial’, pero no me parece un disco indie, ni las baterías ni las letras. Puede estar cerca del pop porque le puede gustar a todo el mundo, pero hay un punto de folclore que no es americano sino nuestro.
El punto tradicional no viene de Extremadura, particularmente… aunque «Serrana» sea un romance de tu tierra…
Para nada. ‘La Chamanita’ me lleva a Sudamérica. Los tambores, las percusiones… son del folclore tradicional. De ‘Serrana de la Vera’ hay dos versiones: la del corto, «Serranita», con chelo y guitarra española, es más canción castellana antigua. Y en el disco está modernizada. Es una historia milenaria, pero hemos metido electrónica y convive la parte tribal con lo electrónico. No es folclore extremeño, sino popular, que tiene ese punto de trovador, de reunir a la gente para contar historias. Igual que (la ranchera) ‘Paloma negra’ la hemos convertido en un mantra onírico.
«Quería alejarme del folclore americano para acercarme al de aquí»
¿Y el principio de ‘Oración’?
Es una caja chayera argentina, pero también chamánico, desde luego Extremadura no es. Quería alejarme del folclore americano para acercarme al de aquí.
Xoel López se va a volver loco con este disco. Que alguien se lo pase…
Es una referencia muy importante, le he oído mucho. ‘Paramales’ también tiene esa mezcla. Le teloneé en La Riviera, tenía ya entradas compradas y se lo propusimos. Salí sola con la guitarra pero fue una experiencia muy chula. Él es encantador, le volví a ver cuando presentó su libro.
Quien no pega tanto en el disco es Alberto de Miss Caffeína, que yo le tenía más como icono electropop y de repente sale por aquí.
La idea era mezclar lo viejo con lo nuevo y Alberto era necesario por eso, al ser como un abanderado del indie español, cabeza de cartel en todos los festis. La canción no es la más BambiKina pero no desencaja. Preserva esa letra oscura que nos caracteriza, pero tiene un ritmo animado y es la más bailable del disco. Con Alberto hay muy buena relación.
¿Y te gustan Miss Caffeína?
Me gusta porque no es el típico grupo indie. La puesta de escena de Alberto es muy ochentera. Me gustan más en directo.
Porque tú eres más de cantautores…
Mucho Silvio, mucho Aute, pero también otro tipo de cosas. Aunque quizá sí me guste más el corte cantautor.
Aunque ‘Trabalenguas’ y ‘Aún es pronto’ son bastante pop.
En el sello querían que empezara el disco con ‘Trabalenguas’, es la primera que resalta, y ‘La Chamanita’ es muy de cantautor, pero quería empezar con esos tambores de iniciación y me dejan hacer lo que quiera. No me encorsetan. Es todo muy familiar.
Háblame de cómo surge ‘Trabalenguas’.
Me vino el estribillo «Dame la clave, dame la llave», y vi que se podía quedar. Es más mexicano, más Calexico, más de la vieja Bambikina. ‘Noche glacial’ y ‘Hola’ es más la nueva BambiKina.
Por lo que veo no es de las que más orgullosa estás… ¿quizá porque es de las pocas canciones de amor?
A veces lo sencillo es lo más evocador. A nivel sonido me gusta mucho cómo ha quedado. De letra no es la que más orgullosa estoy. Sí es una canción de amor. Es la primera que vez que escribo 2 canciones de amor. ‘Palomitas de caramelo’ es de agarrarte a una persona como salvavidas y ‘Trabalenguas’ es una canción de desamor. Pero más que personal tiene ese punto de ranchera que cantaba Chavela. Es un homenaje a esas canciones tan viscerales.
«Había grabado una versión de ‘Space Oddity’ para este disco y al pedir el permiso editorial, al estar modificada al castellano, dependía de la hija de Bowie, que yo no sabía que tenía una hija, y era una locura (…) ‘Hola’ es un homenaje a su música»
¿No ha habido problema por los derechos de esta canción de Chavela?
No ha habido problema porque mantuvimos la versión tal cual. En cambio, había grabado una versión de ‘Space Oddity’ para este disco y al pedir el permiso editorial, al estar modificada al castellano, dependía de la hija de Bowie, que yo no sabía que tenía una hija, y era una locura.
¿Por estar adaptada al castellano o porque había cambio semántico en la canción?
Había una modificación de la letra original y me pidieron una traducción para ver si la letra se había modificado mucho. Había cambiado algo porque si no, es imposible que pudiera rimar. Se quedó en stand by, tampoco dijeron que no, pero teníamos que mandar el disco a fábrica…
No me esperaba que mencionaras tantas veces a Bowie, como en la referencia de ‘Hola’. ¿Eres muy fan?
Estoy muy influida por mi hermano que tiene 14 años más que yo. Me ponía vinilos en casa cuando era pequeñita. Hemos escuchado mucho a Bowie. ‘Hola’ es un homenaje a su música.
‘Serrana de la Vera’ aparece en un corto sobre política (‘El jardín de Vero’), sobre las fosas comunes del franquismo. Pero por el timbre de tu voz, que es muy fuerte, muy Mari Trini o Cecilia, hay otras canciones que me suenan como reivindicativas, sin serlo o parecerlo. ¿Hay un componente político en tu música?
No es meditado, no es algo que busque. Sí he escuchado a Mari Trini, pero no hay una intención. En ‘Serrana de la Vera’, cuando Miguel Parra, el director del corto, me llamó, me dijo que hablaba de la memoria histórica, de la gente que está enterrada. Había escrito esta canción 2 semanas antes, y me di cuenta de que había un paralelismo muy bonito, de que «las cuevas» podían ser «las fosas», pero fue casualidad. Carlos, el técnico de sonido, dice que le parece que canto un himno de reivindicación, de manifestación. Es porque canto muy vehemente y pasional. Será por el timbre, la entonación, la fuerza, pero no es algo meditado. Santi (Martín) me dijo la primera vez que me escuchó que sonaba a cantante antigua, a Violeta Parra.
Entonces nada de canción politizada…
Para nada. Esa canción era recuperar un romance de mi tradición, que leí con 8 años y me pareció brutal: una tía que mide 2 metros y que seduce a los hombres para matarles. Pero la idea no era hacer nada relacionado con la política ni reivindicar.
El director del corto quería que Ciudadanos y Podemos fueran a verlo.
Le preguntaron quién quería que fuera a verlo y dijo que gente de izquierdas y de derechas, porque el problema es real: hay mucha gente que sigue buscando a sus familiares. Me pareció que la canción le iba como anillo al dedo y decidimos hacerlo juntos.
Haces referencia en un tema a «cantos de sirena», que era como un himno lésbico de Inma Serrano.
¡No lo conozco! (risas)
Qué pena, porque siempre se menciona a las mismas cantautoras como guays, e igual te apetecía reivindicar a cantautores menos guays.
No la he escuchado, pero has encontrado conexiones que quizá están ahí en mi subconsciente. Cecilia no era una referencia, ni Mari Trini, y mis padres sí que tenían una cinta en el coche.
«El disco es una ruptura con el country americano y el folk. Quería un rollo tradicional, menos Ryan Adams, menos Wilco. Quería que fuera sudamericano, colorista, de México, que tuviera un punto psicodélico que recordara a Bowie»
Háblame de la elección de Ricardo Cavolo para el diseño del disco. A mí no me pegaba mucho…
El disco es una ruptura con el country americano y el folk. Quería un rollo tradicional, menos Ryan Adams, menos Wilco. Lo quería dejar atrás. Quería que fuera sudamericano, colorista, de México, que tuviera un punto psicodélico que recordara a Bowie. Sigo a Cavolo como hace 7 años y para mí representa el espíritu del disco. Convive lo nuevo con lo viejo. El título es a lápiz pero la simbología es muy moderna. Le mandé ‘Trabalenguas’ y le dije: «creo que tus dibujos la representan». Le gustó, llegamos a un acuerdo económico, se portó muy bien, fue buscado y premeditado. Y yo, que soy bastante inconformista, cuando me llegó la portada dije: «esto es BambiKina». El pájaro, veo México… veo un punto fronterizo y psicodélico. Está amaneciendo, el alba, las aldeas, el Día de los Muertos, un punto andino…
También hay que ver qué se entiende por moderno. ¡Desde luego para ti el trap no es!
Soy tan antigua que para mí lo moderno es mucho más antiguo que lo que es moderno ahora (risas) Para mí esta simbología es moderna: los ojos, cómo los dibuja…
¿Qué más vídeos haréis?
Acabamos de sacar el de ‘Palomitas de caramelo’ y queremos hacer de ‘Trabalenguas’.
«Bambikina tiene un componente más experimental que espero que se siga expandiendo. Creo que trap no haré nunca pero no cierro la puerta a nada»
Creía que no era de tus favoritas…
Me gusta un montón, la letra es muy sencilla pero es una letra visceral y a la gente le gusta, lo importante es que la letra entre. No tantas canciones hablan de la tercera edad como ‘Hola’, pero (‘Trabalenguas’) tiene una fuerza instrumental brutal. Ya he escrito el guión de este videoclip.
Aunque sea pronto para decirlo, como cantautora, ¿te ves en un futuro haciendo algo más electrónico como Zahara o Miss Caffeína, te ves en una onda tipo Bob Dylan o un rollo experimental como en el que ha acabado Scott Walker?
He visto que en este disco hay una evolución, y para mí eso es un triunfo. Dejo la puerta abierta, pero aquí ya hay secuenciador, batería electrónica… No descarto hacer cosas diferentes. BambiKina tiene un componente más experimental que espero que se siga expandiendo. Creo que trap no haré nunca pero no cierro la puerta a nada (risas)