El Warm Up 2018 (antes WAM, una especie de sustituto del SOS 4.8) que se ha celebrado este fin de semana en Murcia cerró el sábado su segunda edición con sold-out y, según datos de la organización, cerca de 70.000 asistentes en las jornadas sumando los 26.000 de cada día a las actividades paralelas de la ciudad. No es extraño, pues, que este mismo miércoles salgan ya a la venta las primeras entradas para la edición del año que viene. Ni tampoco que dos gigantes nacionales como Izal y Dorian decidieran iniciar su gira aquí. Fotos: Javier Rosa.
Y lo de Izal es increíble. Ni Kasabian ni alt-J: el mayor llenazo que se vio durante el fin de semana fue en el concierto de los madrileños, convertidos ya en un fenómeno de masas que va a más con cada disco (su top de Spotify está copado por temas del último), y para los que las etiquetas “indie” o “alternativo” quedan ya absolutamente risibles. Cuando reseñamos el single ‘El Pozo’, su lead-single de esta era, destaqué el potencial que tenía su subidón final para funcionar en festivales… y este sábado pude comprobarlo. Se despidieron a lo grande con ella, pero durante todo el concierto -en el que presentaron ‘Autoterapia’, con huecos para imprescindibles de su discografía como ‘Asuntos delicados’ o ‘Copacabana’- tuvieron a miles de personas bailando y coreando las canciones, sobre todo público joven (imposible contar la de gente grabando stories para Instagram en TODAS las canciones).
La desventaja del exitazo de Izal fue para quienes coincidían con ellos, como el madrileño Edu Ostos, que compartía los temas de ‘Your Last 48 Hours‘ y del resto de álbumes de su proyecto Ed Is Dead en otro de los escenarios. Nos acercamos un rato y la conclusión que sacamos del show es que pide a gritos un escenario más grande y poder llegar a más gente, porque es un show de electrónica que puede gustar a quienes no les gustan los shows de electrónica (y a los que sí también, claro), gracias a la sutileza de su sonido y sus voces, y a la interacción de Edu con su equipo -especialmente su compañera Lucía- y con el público, que daría mucho más juego en otro tipo de escenario. El otro gran momento de electrónica del día fue para el francés Vitalic, ya en el escenario Estrella de Levante. Como era de esperar, no abrió con ‘Tú Conmigo’, la canción junto a La Bien Querida: a las dos de la mañana era mejor despertar a lo grande al público con una combinación de temas atronadores de ‘Voyager’ y del resto de su repertorio, apoyados en una escenografía llena de LEDs que subían y bajaban, aumentando la magnitud del momento.
alt-J se han hecho con un sonido propio con el que consiguen llevarte a un mundo alternativo de fantasía, y eso sucedió, en parte, durante su concierto (“en parte” porque quizás para ese propósito hubiese servido más un escenario más íntimo, pero se entiende que unos cabezas de cartel tenían que estar ahí). Joe Newman, Thom Green y Gus Unger-Hamilton presentaron ‘Relaxer’ y repasaron ‘An Awesome Wave’ y ‘This Is All Yours’, siendo especialmente destacables el éxito a la hora de transmitir la sexualidad de ‘Every Other Freckle’ y ‘Left Hand Free’, la nostalgia contenida-y-luego-no de ‘Pleader’ o el cierre con gran entrega del público en ‘Breezeblocks’ -probablemente el tema estrella de los ingleses. Es cierto que, si bien muchos no fans descubrirían a alt-J antes de ayer, muchos otros que no estaban acostumbrados a alt-J se quejaban de que el concierto había sido “un coñazo”. Estos últimos tendrían como compensación el terremoto que ofreció un par de horas después Joe Crepúsculo, que presentó el reciente ‘Disco duro’ con canciones como ‘Pisciburguer’, ‘Te voy a pinchar’ o ‘Música para adultos’, sin olvidarse de otros temas de su repertorio como ‘Ritmo Mágico’, ‘La canción de tu vida’ o ‘Tus cosas buenas’. Cerca de las cuatro de la mañana, Crepus se las arregló para que su público se negase a sus propuestas, entre canción y canción, de irse ya a dormir, dándolo todo especialmente en el explosivo cierre con ‘Mi fábrica de baile’.
Y aunque Izal fueron indiscutiblemente los reyes del día en cuanto a bandas españolas, Dorian y Viva Suecia se encargaron también de demostrar por qué estaban ahí. Viva Suecia, que en pocos años puede que tengan la fanbase de unos Lori Meyers, interpretaron en un vibrante directo temas de sus dos discos, ‘La Fuerza Mayor’ y ‘Otros Principios Fundamentales’ cerrando, cómo no, con su himno generacional ‘Hemos ganado tiempo’, y con otro himno: el ‘Canto a Murcia’ de la zarzuela ‘La Parranda’, que para eso estaban en su tierra. Por su parte, Dorian iniciaban la gira de su inminente ‘Justicia Universal’ (“la justicia está un poco rara en este país últimamente”, comentaron), del que cayeron temas como ‘Noches Blancas’ o la ya conocida ‘Hasta Que Caiga El Sol’, aunque lo más celebrado fue una traca final de vértigo: ‘Cualquier otra parte’, ‘Tormenta de arena’ (lanzamiento de serpentinas en el momento cumbre incluido y, en consecuencia, locura del público incluida) y ‘Los amigos que perdí’. En ese mismo escenario veríamos más tarde a Yelle: Julie apareció cual diva enfundada en un mono de lentejuelas, haciendo bailar a los más aficionados al electropop. Pudimos ver a la francesa interpretar su primera parte del setlist, entre ellos ‘Je Veux Te Voir’, antes de acercarnos al escenario en el que el concierto de Mueveloreina estaba a punto de comenzar.
Porque, tras verlos en el Monkey Week, intuía que lo de Mueveloreina iba a ser especialmente interesante. Y no me equivocaba. Empezaron fuerte con ‘Cheapqueen’, hicieron moverse -y mucho- al público (con el que no paraban de interactuar) a través de ‘Voy’ o ‘I Want it All’ y hasta estrenaron un tema (¿’Postureo’ es el título?) que describieron como “muy dance, muy 90, muy mamarracho”. Para el final se reservaron un par de momentos reivindicativos: primero con ‘Shoot my Head’, cuyo videoclip sacaron en apoyo a la libertad de expresión en medio de las detenciones y condenas por robar, perdón, rapear. “A pesar de que no lo parezca, el mundo nos quiere vivas”, comenzó a decir Karma, haciendo luego una referencia a la sentencia de La Manada, mientras Joako se mantenía atrás cediéndole todo el protagonismo, probablemente consciente de la importancia de esta actuación. Y es que, si ambos estaban ya entregadísimos todo el concierto, ‘Vivas’ fue un cierre en lo más alto. Karma derrochó garra en la interpretación del tema, y al llegar el “y siendo alarmista por ver un pezón” se abrió la camisa (no llevaba sujetador), arrancando un aplauso del público que fue contestado por ella con un simple y certero “¡Gracias! Solo son un par de tetas eh, no muerden ni nada”, tras lo que siguió tal cual hasta acabar la canción. Reivindicaciones sin dejar de bailar y pasarlo bien, tanto el público como ellos mismos, a los que se les veía disfrutando y rebosando verdad por los cuatro costados ante quienes se iban congregando (cada vez más) frente al escenario. Nada más acabar el concierto, una chica de unos 16 que estaba a mi lado le soltó a sus amigos: “¿Pero y esta puta genia de dónde ha salido? ¡Me encantan!”, ejemplificando bastante bien lo que, para muchos que no los conocían, pudo suponer el que fue, sin duda, uno de los mejores conciertos del festival. ¡Al escenario grande la próxima vez, por favor!