Las personas comentando su carta en Twitter están radicalmente divididas entre quienes sostienen que James Rhodes es un amor, y aquellas que no entienden nada de algunas de sus frases. Choca que pague 35 euros por su seguro médico cuando lo normal sería más bien el doble, verle encantado con la Cava Baja y Espíritu Santo con los jóvenes teniendo que abandonar el centro debido a los alquileres prohibitivos de la gentrificación (y un poquito también al síndrome «todos los bares cuquis han de ser iguales») o maravillado por los productos frescos de un Carrefour en lugar de los de un mercado. Algunos se preguntan también cómo será el ritmo de la vida en Londres si en comparación Madrid le parece «tranquila». ¿Acaso no ha visto lo que a la gente le gusta lanzarse a una puerta cerrándose del metro, como si a los 3 minutos no fuera a pasar otro tren?
A pesar de todo, un interesante texto en el que Rhodes también critica la legislación por el caso de La Manada, sugiere que la alcaldesa de la capital Manuela Carmena, a la que llama «superabuela», «arregle el país» y reconoce que su experiencia puede estar distorsionada por su fácil acceso a «hoteles bonitos y buenos restaurantes». También tiene tiempo para elogiar la gastronomía de Donosti y otros puntos del país: «puedo decir que en Barcelona, Gijón, Madrid, Santiago o Girona, en todas partes, siempre me he encontrado lo mismo: cariño, hospitalidad, sonrisas, generosidad». Os dejamos con algunas de las reacciones más sonadas a su carta. Parece que ni nos gusta que se hable bien de España, ni todo lo contrario…