Lolo Lapón, en la extensa entrevista que mantuvimos con él, nos contaba cómo, años más tarde, Véra impidió que Vladimir quemara el manuscrito de ‘Lolita’. «Tú has sido, eres y serás mi único amor», solía repetirle a menudo el escritor a su mujer. Esa clase de relaciones, complejas y adultas, a veces duras, incluso contradictorias, pueblan canciones tan bonitas como ‘Como Véra y Vladimir’, de esta primera entrega del tercer disco de Hazte Lapón: ‘Tú siempre ganas’.
Tras un primer álbum (‘Bromas privadas en lugares públicos’, 2013) sin mucha repercusión, Hazte Lapón consiguieron impactar a público y crítica con su segundo disco (‘No son tu marido‘, 2015), un trabajo que reivindicaba la vida en pareja con inteligencia y apartándose de los estereotipos. ‘No son tu marido’ era un disco algo irregular pero repleto de canciones deslumbrantes y absolutamente icónicas que los emparentaban con contemporáneos como Los Lagos de Hinault, con versos sueltos del pop reciente como Klaus & Kinski pero, sobre todo, con la influencia lírica y melódica de los mejores Astrud.
Había, por lo tanto, mucha expectación con la continuación de ‘No son tu marido’ y más sabiendo que se trataría del último disco bajo el nombre de Hazte Lapón. En la entrevista con Lolo se perciben dos motivos. Por un lado, el hastío con una escena indie patria de la que son exponentes tardíos y que ya no puede dar más síntomas de agotamiento. Por otra, su propio encuentro con la madurez, la responsabilidad, la vida adulta. Precisamente subtitulada como ‘La vida adulta (instrucciones de uso)’, esta primera parte de la despedida de Hazte Lapón se vuelve a centrar en las relaciones de pareja, pero de una forma diferente a ‘No son tu marido’, mucho más atormentada y melancólica. Donde antes había ilusión por una vida en común ahora hay emoción por la supervivencia de la misma.
Con producción a cargo de Ferran y Cristian de Caballo Grande, se trata de un trabajo muy marcado por su concepción como disco de estudio en el que conviven muchas sonoridades: desde el arreglo elegante, casi Brit, de ‘El punto ciego’, al aire country de ‘Un carrusel’, pasando por el nostálgico colchón noise-pop de ‘La vida adulta’. A veces la voz queda más en segundo plano (‘La bolsa o la vida’) y en una primera escucha se pueden echar en falta más ganchos inmediatos, pero no tardan en aparecer, especialmente en el segundo tramo del disco.
A la ya citada ‘Como Véra y Vladimir’ (o «a Vladimir», como parece que dice -apropiadamente- en algunos momentos) le acompañan otros grandes aciertos como la que quizá sea la canción más redonda de todas, ‘Sabes la noche’, una melodía de sabor inmortal (¿Battiato meets The Magnetic Fields?), que envuelve los temores más profundos. La consternación ante los efectos de la edad se manifiesta en ‘Walter Disney Corp.’, con una cadencia propia de los Lambchop más sobrios o del Bill Callahan más crepuscular. El cierre con la shoegazer ‘Fantasías brutalistas’ ahonda en las -de algún modo- placenteras crisis de la edad tardía con una contundencia emotiva, adictiva y un pelín sádica.
Tras estas primeras diez canciones publicadas digitalmente, Hazte Lapón publicarán un single en verano y, ya en otoño, la última parte tanto de este disco -en una cuidada edición física que incluirá un juego de cartas- como de la historia de este proyecto que podrá morir, pero del cual nunca nos podremos ya olvidar.
Calificación: 7,8/10
Lo mejor: ‘Sabes la noche’, ‘Walter Disney Corp.’, ‘Fantasías brutalistas’, ‘Como Véra y Vladimir’.
Te gustará si te gustan: Astrud, Klaus & Kinski, El Niño Gusano, The Magnetic Fields.
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