Música

La canción del día: ‘Immaterial’ de SOPHIE es un himno de la modernidad líquida

Hacia la mitad de ‘Oil of Every Pearl’s Un-Insides’, el nuevo álbum de SOPHIE se hunde en aguas desconocidas, llevándonos por una serie de evocadores temas ambientales o algo más abstractos que prometen un no-retorno a los “bangers” que de hecho le dan incio, ‘Ponyboy’ y ‘Faceshopping’. Pero entonces llega ‘Immaterial’.

Conocida en foros como ‘Immaterial Girl’ desde que SOPHIE la presentara en directo hace unos meses, por su mismo título y sobre todo por su estribillo “immaterial girls, immaterial boys”, la pista 8 del álbum debut oficial de SOPHIE remitía a ‘Material Girl’ de Madonna, con quien de hecho la productora escocesa ha colaborado. Es, sin duda, la canción más pop del álbum. Sin embargo, más de 30 años después de la publicación de aquella canción, en la que Madonna subvertía el rol de género tradicional cantando que ella, una mujer, tenía más dinero que muchos hombres, SOPHIE se encuentra en un “mundo totalmente nuevo”, en el estado más avanzado de lo que Zygmunt Bauman ha venido a llamar “modernidad líquida”, en el que las identidades humanas ya no se definen tanto por la rígida dualidad hombre vs. mujer, sino que son en sí mismas flexibles, elásticas, permutables y, como en el caso de esta canción, “inmateriales”.

La identidad “inmaterial” a la que SOPHIE dedica esta canción no es sino una metáfora sobre su experiencia como mujer transexual en la niñez. Hacia el final de la canción, su intérprete Cecile Believe de Mozart’s Sister emplea una voz aguda, manipulada al extremo, para evocar la infancia de SOPHIE, dirigiéndose a su yo pasado y cantando “yo solo era una chica, a ojos de mi niña interior, pero podía ser lo que quisiera, y no importa adónde vaya yo, tú siempre estarás en mi corazón”. SOPHIE celebra en ‘Immaterial’ que podía convertirse en “todo lo que yo quiera, en cualquier sitio, cualquier persona, cualquier estilo y forma, todo lo que quiera”, pero a la vez se muestra perdida, preguntándose: “sin mis piernas ni mi cabello, sin mis genes ni mi sangre, sin nombre y sin ningún tipo de historia, ¿dónde vivo? ¿dónde existo?”

La belleza de ‘Immaterial’ es que expresa la validez de una identidad “inmaterial”, de espíritu, que puede llegar a ser muy familiar al colectivo LGBTQI+, y lo hace mediante unos ritmos contundentes, bailables e incluso un poco “bubblegum”, constituyendo un verdadero himno que en directo se crece como una bestia. Con su misma presencia, pero sobre todo con canciones como esta, SOPHIE está haciendo exactamente lo que hizo Madonna en los 80, representar una verdadera revolución en la sociedad. Hemos pasado de “chica material” a “chica inmaterial”, pero por suerte, y aunque algunas cosas sigan igual, el cambio va mucho más allá de un nombre.

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Publicado por
Jordi Bardají
Tags: sophie